La ciudad de Vitoria-Gasteiz se prepara para elegir a su nueva alcaldesa entre cinco mujeres que, por primera vez, se disputan el trono municipal. La cultura y el arte son algunas de las armas que blanden estas amazonas para seducir al electorado vitoriano, ávido de belleza y esplendor en medio de la crisis y cierto aburrimiento. ¿Qué nos ofrecen estas candidatas en materia de cultura y arte? ¿Qué proyectos tienen para mejorar la vida cultural de los vitorianos? Los desgranamos a continuación.

La candidata jeltzale, Artolazabal, se compromete a realizar una renovación urgente de dos contenedores culturales: el Iradier Arena y el Teatro Principal. Esta propuesta cuenta con el apoyo de los demás partidos políticos. Además, busca impulsar el Izaskun Arrue Kulturunea, el nuevo centro gasteiztarra dedicado a la cultura vasca y la convivencia intercultural. También promete fortalecer los teatros de los centros cívicos como espacios para la creación local.

La candidata socialista, Etxebarria, propone poner en marcha un nuevo centro de culturas creativas y culturales, que funcione como punto de encuentro e intercambio entre los agentes culturales de la ciudad. Si bien es una propuesta ambiciosa, puede pecar de genérica y poco precisa. Asimismo, busca impulsar festivales y eventos que dinamicen la vida cultural y atraigan visitantes. A este paso Vitoria-Gasteiz va ostentar el récord Guinness de la mayor concentración de festivales por metro cuadrado.

La candidata abertzale, Vitero, propone convertir Montehermoso en un espacio de creación donde trabajen todos los sectores culturales, desde las artes escénicas hasta las visuales, pasando por la música y la literatura. Si bien es una propuesta plural, también puede parecer un tanto dispersa. Además, Bildu anuncia el proyecto Auzoak Loratu, con el objetivo de llevar la cultura a todos los barrios de Vitoria-Gasteiz.

La candidata popular, Domaica, promete traer programación cultural de alto nivel a Vitoria-Gasteiz, con espectáculos de renombre nacional e internacional. Propuesta elitista y poco accesible para el común de los mortales, por lo tanto.

La candidata morada, Garbiñe Ruiz, defiende el apoyo a los creadores locales, la democratización del acceso a la cultura, la recuperación del patrimonio histórico y artístico, y el fomento de la participación ciudadana en la gestión cultural. Entre sus medidas se encuentra la creación de una tarjeta cultural gratuita para los jóvenes y la promoción de una ley municipal de mecenazgo cultural. No deja de ser esta la propuesta más ambiciosa de todas las presentadas por nuestras formaciones políticas. Quizá un tanto utópica. Pero es bonito apuntar alto.

Algunas promesas parecen más meditadas que otras, pero pocas parecen ajustarse a las necesidades y demandas reales de los sectores artísticos y culturales de nuestra ciudad. Tal vez sea hora de buscar alternativas más integrales y participativas que tengan en cuenta las voces de dichos colectivos.