lmodelo informativo actual consistente en combinar pura información con variedad de opiniones en un planteamiento mixto parece llamado al éxito dado su amplitud de uso y consumo. La mezcla de información y opinión puede devenir en mezcla explosiva llamada a alborotar la audiencia y mezclar los intereses de los medios en un ejercicio de confusión y mezcolanza que puede alterar el ejercicio de la democracia informativa. El desarrollado ejercicio de alimentar a las pirañas de la opinión que pululan a sus anchas y hacen de su capa un sayo y desbordan la información con opiniones sobrecargadas de subjetividad y particularismo de criterio. Con desatado desparpajo los autores de diversas piezas de opinión saltan al ruedo a marcar pauta y y doctrina sobre cualquier tema de actualidad, con seguridad y desahogo creativo, mostrándose como auténticas pirañas devorando al contrario en un ejercicio de chulería mediática que todo lo asalta en pos de no sabemos qué verdad opinativa. Son legión desplegada en los medios, cientos de opinantes, tertulianos y padres de la opinión pública que no se arrugan ante cualquier tema de debate público, más o menos arriesgado, más o menos complejo. Baten las aguas de la opinión, azotando a los competidores del conocimiento. Se creen poseedores de la verdad y la despliegan con audacia en ocasiones con verbo agresivo y chulesco. Son pirañas de las apacibles aguas de la información del tiempo presente. Oficio de opinador no sabemos quién concede licencia para agredir, insultar y machacar. Bien remunerados, bien retribuidos, forman parte de un pequeño ejército de bufones al servicio de intereses bien pagados. Se reparten las tareas, los medios y las especialidades y tienen vocación de pluriempleados presentes todos los días en teles, radios y tertulias de actualidad a las que alimentan con mordisco voraz de piraña carroñera.
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