viso: los contenidos de esta columna pueden herir la sensibilidad del lector. Pues hablaremos en este espacio sobre la mierda, el pis, los excrementos, las heces... y también sobre cierto arte relacionado con semejante inmundicia. Leer esta columna puede, por lo tanto, provocarnos cierta sensación de asco. También escribir sobre ello puede ser considerado como un acto de mala educación. ¿Pero por qué? ¿De dónde viene esa repulsión que nos producen las excreciones que exudan nuestros cuerpos e incluso cualquier mención hacia ellas? Para el que quiera averiguarlo, puede seguir navegando por este texto.

Freud llamaba a la mierda “el residuo de la tierra”. El padre del psicoanálisis opinaba que nuestra caca nos recuerda demasiado que somos animales, evolucionados eso sí, pero bestias en definitiva. Monos vestidos de hombres. Es por eso que todas las sustancias animalescas que excretamos -en privado, a poder ser- son consideradas socialmente como viles y nos producen repugnancia, vergüenza, aunque sean partes innegables de nuestra naturaleza. La materia fecal es tabú y por eso no abundan los estudios al respecto. Pero, sorpresivamente, sí que ha sido abordada desde el arte. Quizá porque el arte es sólo representación y no realidad. El arte nos sirve para abordar aspectos nuestros que nos resultarían ásperos tratar desde la propia vida.

Lo escatológico está muy presente en las artes. En la poesía burlesca de Quevedo, por ejemplo. O en un Sade escribiendo con sus excrementos en las paredes del manicomio en el que pasó sus últimos días. También el artista Marcel Duchamp provocaba la indignación y la crítica al presentar en una exposición, a comienzos del siglo XX en París, su obra titulada La fuente, que era un urinario masculino. Por no olvidar al artista Piero Manzoni que en 1961 “creaba” 90 latas de conserva envasando en ellas sus propios excrementos y poniéndolos a la venta.

Los niños y los locos no sienten el freno del tabú de lo escatológico. Y a veces los artistas, creadores, humoristas… tampoco. El excremento puede también ser gracioso. El humor es otra herramienta que nos ayuda a acercarnos a estas temáticas consideradas socialmente como poco agradables. El humor escatológico no deja de ser un subgénero de la comedia y la sátira. En la comedia griega antigua el humor de este tipo era muy frecuente. También abundaba el humor escatológico en la comedia latina.

En Gasteiz la revista de cómic y humor gráfico por excelencia es TMEO. Su nombre es un juego de palabras con la clásica revista de historietas española TBO y el verbo “mear” (en el logotipo de la revista se ilustra esta misma idea). La revista se caracteriza tanto por su afición por el humor escatológico como por la acidez de sus sátiras políticas. Este mes podemos ver su portada navideña: unas personas cenando mierda. Un número que se puede encontrar en los kioscos y librerías especializadas de Euskal Herria pero también en su versión digital en https://payhip.com/b/Tr3D.