El Zinemaldia ha arrancado este viernes con la gala inaugural pergeñada por Mediapro Studio y presentada por los cómicos catalanes Andreu Buenafuente y Berto Romero, y la actriz donostiarra Bárbara Goenaga. Los nombres propios son importantes, pues han determinado el devenir de la ceremonia que ha arremetido desde la comedia —y con excesivo protagonismo de sus conductores, en detrimento del contenido de la edición— contra los tópicos del cine, del Zinemaldia y de la propia Donostia.
La directora del jurado oficial, la donostiarra Jaione Camborda, la “flamante” ganadora de la Concha de Oro de 2023 con O corno, ha sido quien ha puesto en valor lo que acontecerá en los próximos nueve días. Acompañada por sus colegas del tribunal —la escritora y periodista argentina Leila Guerriero, el actor y director estadounidense Fran Kranz, el director griego Christos Nikou, la productora francesa Carole Scotta y el director austríaco Ulrich Seidl—, Camborda, afincada desde hace años en Galicia, ha asegurado estar especialmente “emocionada” por encontrarse en su “tierra natal”, en el certamen con el que creció, ostentando la responsabilidad de decidir quién se llevará el trofeo que ella obtuvo el año pasado.
La realizadora ha alabado la enorme “calidad” y la “libertad de expresión” del Zinemaldia, que “tiene eco en todo el globo terráqueo”. “Como jurado de esta edición adquirimos la responsabilidad de seguir como una brújula el amor que sentimos por el cine y por la vida que transita en él”, ha expuesto, para luego enfatizar lo que viene por delante: “Días apasionantes y de inmersión en la gran pantalla”.
La ceremonia también ha servido para saldar una deuda con Javier Bardem, a quien finalmente se le ha entregado el Premio Donostia, durante un segmento emotivo que alargó en exceso la gala.
El monólogo inicial
La ceremonia ha arrancado con un monólogo inicial por parte de los dos cómicos catalanes. No han faltado referencias a la gastronomía, a los turistas franceses e, incluso, en tono autoparódico, a las incursiones de los propios Buenafuente y Romero en el séptimo arte. Buenafuente ha jugado el rol del actor que nunca ha pasado a las grandes ligas, mientras que Romero, nominado a un Goya a actor secundario por Tres bodas de más (2013), ha interpretado el papel del experto. Tanto protagonismo han cogido los presentadores, en detrimento del contenido, que incluso han llegado a poner el vídeo del momento en el que Javier Pereira le arrebató el reconocimiento.
La pareja de cómicos ha utilizado el monólogo inicial para hacer un somero repaso a las secciones del Zinemaldia. A saber, New Directors, donde se permite que concurse también la segunda obra de un cineasta, no sea que la primera “no le haya salido muy bien”. De las sesiones en el Velódromo han dicho que llegan a reunir a 3.000 personas, es decir, más que la cantidad de gente que va al cine durante el año. También han ironizado sobre el problema de la industria argentina que está desmontando Javier Milei, que está empeñado en silenciarla, pese a que todo el mundo sabe que es imposible hacer callar a un argentino.
También han satirizado sobre el anuncio de José Luis Rebordinos de dejar la silla de director dentro de tres ediciones, cuando cumpla 65 años. “¡Qué tío! No le va a perdonar ni un día a la Seguridad Social. Es el mejor”, ha reído Romero. Otra broma más.