Un año más tarde de lo esperado, Javier Bardem ya cuenta con el Premio Donostia en su vitrina. El intérprete ha recogido este viernes el galardón del Zinemaldia en una gala de inauguración que ha aprovechado para agradecer todo el cariño mostrado en tres décadas de presencias. “Recibo el premio con todo el amor que siempre me ha dado este festival”, ha asegurado emocionado mientras trataba de de apagar los aplausos y vítores del público, entre los que no ha faltado su esposa, Penélope Cruz; sus hermanos, Mónica y Carlos Bardem; y el que fuera su profesor de interpretación, el director de teatro Juan Carlos Corazza, encargado de hacerle entrega del premio.
“Desde mi bautizo con Los huevos de oro en 1993 tengo una grandísima amistad con este festival que tanto me ha dado y me da y le ha dado a mi familia”, ha asegurado el intérprete, que ha querido dedicar el premio a cuatro personas: a su madre, Pilar Bardem, que le enseñó “la importancia de amar y de no mirar al otro lado”; a su mujer, Penélope Cruz, a la que ha agradecido que se responsabilizara también de su vida; y a sus dos hijos, Leonardo y Luna.
Además, Bardem también le ha dedicado unas palabras a Bigas Luna, “el origen de todo esto”, y a Corazza, quien le trasladó “el amor por la actuación” y le enseñó “a transformar en inspiración” todas las cosas negativas de la vida.