Con dieciocho años recién cumplidos Patricia Aguilar se escapó de casa y viajó desde Elche hasta Perú para reunirse con Félix Steven Manrique, el joven con el que llevaba chateando un año y de quien se había enamorado perdidamente. Pero lo que parecía un amor adolescente distaba mucho de la realidad y la joven se vio metida en una secta sexual.

“Es muy difícil salir, es prácticamente imposible sin ayuda”, explica Patricia en 548 días: captada por una secta, la serie documental sobre su historia que estrena hoy Disney+. “Ahora vuelvo a ser yo”, señaló el pasado mayo en su primera entrevista televisiva desde que fuera encontrada por la policía peruana el 4 de julio de 2018, sola y al cuidado de varios menores, entre ellos su hija de un mes. Todos ellos estaban desnutridos y vivían en una casa ubicada en una zona peligrosa de la selva amazónica, sin luz ni agua corriente. “Mi historia es un final feliz, pero por desgracia muchas familias y mujeres no han podido tener este final”, advierte Patricia en la serie dirigida por Olmo Figueredo (El Estado contra Pablo Ibar) y José Ortuño (¿Dónde está Marta?).

TESTIMONIO EN PRIMERA PERSONA

En la serie documental, Patricia, sus padres y una prima que participó en la búsqueda cuentan cómo fue seducida y manipulada por el líder de la secta. Para documentar la historia, el equipo ha contado con entrevistas exclusivas, acceso al sumario judicial del caso, a múltiples conversaciones de WhatsApp y Messenger de los protagonistas, así como a videos y fotografías.

Sin embargo, los creadores también narran la influencia que tuvo en su huida el abandono que sintió en su propia casa. Y es que el informe pericial del caso apuntaba a una “evidencia de carencia afectiva que la torna dependiente a quien le ofrece cariño” y “proclive a ser manipulada por objetivos de afectividad emocional”. Con un padre ausente y volcado en el trabajo, su tío era una figura de referencia para ella. Pero su repentina muerte en 2015 sumió a su madre en una depresión que le hizo alejarse de su familia y que llevó a Patricia a interesarse por el esoterismo y la vida más allá de la muerte.

Nadie está exento del peligro

Ortuño y Figueredo aseguraron esta semana a la Agencia Efe que su documental es “un ejemplo perfecto” de cómo funcionan las sectas y advierten de que nadie está exento de peligro porque “hay una secta para cada persona y para cada edad”. “Quien vea la serie pensará ‘a mí nunca me van a pillar, nunca voy a comprar los argumentos de un chalado que me está hablando del Cristo redentor’, pero a lo mejor sí que pueden captarte porque tienes interés en las criptomonedas o en el cine”.