El actor Karra Elejalde ha asegurado este sábado, en rueda de prensa, que "los premios son una tómbola, en España y en todas partes" y "no hay justiprecio" en ellos, de ahí que siga sin "creerse nada", a pesar de acumular un reconocimiento tras otro.

Precisamente, ha realizado estas declaraciones antes de recoger el Roel de Honor, máxima distinción que concede el festival de Medina del Campo, por su extensa trayectoria, que incluye 60 películas, y otras dos, "Torapia" y "Año mariano", detrás de las cámaras.

Elejalde ha ensalzado la importancia del cortometraje en la industria del cine español, porque considera que es "la cantera" y el motor de arranque para muchos directores que se han convertido en importantes figuras vinculadas al séptimo arte, gracias a sus comienzos en el mundo del corto.

En opinión del conocido intérprete vasco "la verdadera cantera de los realizadores españoles parte de los festivales de cortometrajes" y, en su caso, cuando ha aceptado un trabajo, lo ha hecho si el director "ha demostrado su valía con un corto".

En referencia al festival de Medina del Campo, ha precisado que "es uno de los más veteranos y mejores de España, por lo que es un privilegio recibir un premio", que ha aceptado como "un acto de militancia", porque cree a pies juntillas en este formato.

"Para mí, dos fotogramas pegados ya es cine, y es mucho más difícil contar una historia en diez minutos, que hacerlo en hora y media, de ahí que esto tenga tanto valor, y que sea importante que siga manteniéndose en el tiempo y que la gente se sienta orgullosa de ello", ha precisado.

Según Elejalde, aunque para los que trabajan en el cine "se está viviendo un buen momento", no es lo mismo para "los productores y distribuidores", porque muchas películas "van directamente a las plataformas, sin pasar por el cine".

Ha advertido que "los cortos siempre han sido deficitarios y necesitados de subvención para poder salir adelante, pero son fundamentales para el desarrollo de los realizadores y, por tanto, deberían contar con mayor repercusión en el ámbito cinematográfico.

"Creo en esto. Y solo faltaba que se acabara para que todo se vaya a la porra. De hecho, los festivales suelen llevar aparejados una rentabilidad social para el lugar donde se llevan a cabo, ya que permite acercar a todos los espectadores al cine, que sigue siendo un mercado muy cerrado", ha añadido.

Ha continuado alabando el cortometraje, recordando que ha sido actor "de más de 25 nuevos realizadores, y más de 20 hicieron cortos antes", algo que para él es imprescindible a la hora de abordar un proyecto profesional.

También ha confesado que "cuesta participar en un corto, porque los actores no cobran, y estos se hacen quitando tiempo de estar con la familia, por lo que da pereza en muchas ocasiones", pero sigue participando en ellos y, el último ha sido "Yegua", de Javier Celay.

El actor vasco ha confesado que nunca quiso ser actor: "Yo era gracioso, aunque me echaban de clase, pero me encontré con Toño Sampedro y, aunque soy tímido, interpreté 13 personajes en "Adiós hasta huevo", lo que ya le metió el gusanillo de la interpretación.

Aunque no lleva bien el peso de la fama, que le llegó de manera inesperada con "Ocho apellidos vascos", ha aclarado que no le tiene asco a Koldo, su personaje en la que ha sido la película más taquillera del cine español, porque es "uno más" de los que ha interpretado a lo largo de cuatro décadas.

Cuestionado sobre qué personaje le gustaría abordar, Elejalde ha respondido, antes de recoger el Roel de Honor en Medina del Campo, que "el Quijote", "porque seguro que a Cervantes le habría gustado que le dirigiera un español, como a Shakespeare le habría gustado que fuera un inglés".

"Lo peor que me puede pasar es volver a ser electricista, pero antes de que eso pase, estaré jubilado", ha concluido el actor, director e incluso escritor de canciones de grupos de rock vasco, que mantiene su ilusión por seguir disfrutando del arte, en diversos ámbitos, ya que también le gusta la pintura.