Desde hace unos días se han propagado por las redes sociales publicaciones que aseguran que la sangre que se dona en España de manera voluntaria se vende a otros países, como Bélgica y Estados Unidos, y que la empresa española Grifols es la que lidera un negocio de alrededor de 15.000 millones de euros. Y para rematar el texto, que parece dirigirse a los donantes voluntarios, se añade que “¿y tú qué recibes? Un zumito y una galleta”.

Desde la web Maldita.es, especializada en investigar y desmentir bulos y fake news, se informa que desde el Ministerio de Sanidad se ha asegurado que la sangre y los componentes sanguíneos donados en España por los donantes voluntarios (en España no existe ni se permite la contraprestación monetaria) “se destinan al uso de pacientes en el territorio español”.

Una bolsa de sangre recién donada. Freepik

De hecho, para sustentar estas afirmaciones, los contenidos usan publicaciones en las que no se menciona en ningún momento que la sangre exportada desde España haya sido donada en España. Y aquí es donde se nombra a la empresa Grifols.

Una mentira sobre una desinformación

 Según el mensaje publicado por la web Pravda, un medio de internet que, según un análisis del Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO), acostumbra a distribuir desinformación, bulos y fake news, se asegura que la sangre donada en España “se transforma en productos farmacéuticos”, se vende a otros países y “se hace negocio” con ella. En respuesta aclaratoria sobre este aspecto, el Ministerio de Sanidad ha afirmado que tanto la sangre como los componentes sanguíneoshematíes, plaquetas y plasma— donados en España “se gestionan dentro de la red nacional pública y se destinan al uso de pacientes en el territorio español”.

Una captura de la información maliciosa sobre la comercialización de la sangre en general y falsa con respecto a la que se dona en España. Freepik

 Esta institución asegura que, según establece el Real Decreto 1088/2005, los Centros de Transfusión, “pertenecientes a la red pública”, son los responsables tanto de “la sangre y componentes sanguíneos destinados a transfusión para los pacientes que así lo requieran como del plasma destinado a la fabricación de medicamentos derivados de este”.

En el caso concreto del plasma (el componente líquido de la sangre) destinado a la fabricación de medicamentos, las comunidades autónomas contratan y abonan los servicios necesarios “para llevar a cabo esta transformación de componente sanguíneo a medicamento” con el fin de recibir el producto terminado en sus hospitales, asegura el Ministerio de Sanidad. De esta manera, este sistema “permite mantener la propiedad del plasma en manos de las CCAA y gestionar este bien de interés público siempre dentro del sistema público, asegurando su correcto trato”, añade la institución.

La empresa acusada del negocio

 Los contenidos mencionan que la empresa Grifols es la que “lidera” las exportaciones de sangre. No hay constancia de ningún acuerdo público entre Grifols y el Ministerio de Sanidad para vender sangre donada en España a otros países. Un acuerdo al que sí ha llegado la empresa y este ministerio es el publicado el 17 de marzo de 2025. El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), adscrito al Ministerio de Sanidad, formalizó un acuerdo con Grifols para el suministro de productos hemoderivados procedentes de plasma humano proveniente del Sistema Nacional de Salud (SNS), es decir, dentro de España.

En relación a la exportación de la sangre y sus componentes sanguíneos, el Real Decreto 1945/1985 indica que “la importación y exportación de sangre y sus componentes” debe someterse a una autorización previa. También se añade que se considera una “falta muy grave” tanto su importación como su exportación si se hace sin los requisitos y autorizaciones necesarias en cada caso.

 La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) señala en su página web que, para exportar medicamentos fabricados con plasma español a terceros países, se necesita una autorización por parte de esta agencia, un informe previo favorable de la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación, y aportar un informe justificando la exportación.

 A este respecto, la revista online Xataka explicó  que Grifols, tras cerrar el único banco de sangre privado en España en 1989, llevó su negocio a Estados Unidos y desde allí importaba a España la sangre y los derivados que no podía conseguir aquí de donaciones pagadas.