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Ibon NavarroEntrenador del Unicaja

"No sé si nuestros caminos se cruzarán, pero ahora mismo el Baskonia está en las mejores manos"

El técnico gasteiztarra, que logró la semana pasada su segunda Copa del Rey con el Unicaja, detalla las claves de sus éxitos y analiza la actualidad del Baskonia

"No sé si nuestros caminos se cruzarán, pero ahora mismo el Baskonia está en las mejores manos"ACB Photo/ A, Arrizabalaga

Ibon Navarro (Vitoria-Gasteiz, 1976) es el entrenador de moda en el baloncesto español. El técnico alavés logró hace una semana alzar la Copa del Rey con el Unicaja en Gran Canaria al imponerse en la final al Real Madrid, algo que podría haber sido definido como sorpresa de no ser porque se trata ya del quinto título que consigue con el conjunto malagueño en un margen de dos años. La insaciabilidad del vitoriano, eso sí, no va reñida con el carácter afable que ha mostrado durante toda su carrera y, a pesar de que su teléfono no para de sonar durante estos días de celebración y felicitaciones, logra sacar tiempo para atender a este periódico y hablar de las claves de su éxito en Málaga y analizar la actualidad de su apreciado Baskonia.

¿Ha digerido ya el título de la Copa del Rey o sigue de celebración? 

No, yo creo que aún tenemos que aprender a celebrar. Acaba el partido, te montas en el avión, llegas a Málaga a las cinco de la mañana, tienes a seguidores allí esperando en el aeropuerto, llegas a casa muerto y al día siguiente sin haber dormido casi, lo celebras con la afición. Nos falta aprender a celebrarlo un poco mejor, pero también entiendo que es complicado. Por otro lado, al no ser la primera ya sabes que esto continúa, que no se acaba la temporada, que queda mucho y que hay que ponerse ya a trabajar porque el resto de rivales no está descansando, se están preparando para lo que viene y nosotros no podemos ser menos.

¿Se corre el riesgo de normalizar este éxito y no valorarlo como se debería tras tantos títulos? 

Bueno, sí que está ese riesgo, el riesgo de morir del éxito. Parece que normalizamos el hecho de que el club haya ganado dos Copas del Rey en tres temporadas. Da la sensación de que es algo normal y es una cosa absolutamente extraordinaria. Ya es ganarla una vez, pero ganar dos en tres años es extraordinario. Sí que se valora y se celebra, pero también es verdad que asumimos que nos vemos con el potencial de intentar ser ambiciosos y ver si podemos llegar lejos en las dos competiciones que nos quedan, la Basketball Champions League y la ACB, por lo que se pasa página rápido.

Cinco títulos desde su llegada a Unicaja. ¿Esperaba algo así cuando firmó en 2022? 

Evidentemente no esperaba este nivel de éxito. Sí que el presidente siempre decía que en su mandato íbamos a ganar algún título, pero en ningún momento imaginamos que íbamos a ganar cinco en dos años y medio. Cuando haces las cosas bien tienes más posibilidades de ser exitoso. No te lo asegura porque el deporte es caprichoso y los demás también hacen las cosas bien, pero sí que te coloca en una situación en la que, con la fortuna de haber encontrado un grupo de jugadores y sobre todo de personas como las que tenemos en el vestuario, siempre tienes alguna opción de que pasen cosas bonitas como lo que ocurrió el pasado fin de semana.

“No me siento mejor o peor entrenador por no estar en la Euroliga, me siento cómodo en el Unicaja”

Esta semana entrevistamos a Pete Mickeal, que estuvo en Gran Canaria, y dijo que le sorprendió el Unicaja porque, sin tener estrellas, había conseguido juntar las piezas y jugar como un equipo. Que hablen así de su equipo debe ser un orgullo para un entrenador...   

Bueno, si viene de alguien que conoce el baloncesto y que conoce cómo son los grandes equipos, más todavía. No sé si Pete nos ha visto mucho, pero si tras estos tres partidos ese es su diagnóstico, la verdad es que refuerza la idea que tengo de que entiende mucho de baloncesto. Es verdad lo que dice. En el primer partido hay dos jugadores que destacan, en el segundo partido contra el Tenerife en la semifinal, destacan otros dos diferentes y en el último destacan otros dos que no habían tenido un papel tan importante los primeros días. Eso es lo que nos define. Tener una plantilla muy amplia, que cualquiera de los 14 jugadores pueda estar convocado, y que cualquiera de los convocados puede ayudar haciendo lo que mejor sabe hacer. Cada uno en su papel y en su rol puede ser clave en la victoria, eso es muy importante.

"Me han llegado muchos mensajes de Vitoria, yo también me alegro si les van bien las cosas"

¿Se ha convertido el Unicaja en el paradigma del baloncesto moderno con esas rotaciones amplias de las que habla y esfuerzos más cortos para adaptarse al calendario? El Baskonia tiene otro modelo con un equipo más corto... 

No lo sé, nosotros tenemos este modelo, lo tenemos desarrollado y perfeccionado, aunque todavía creo que podemos hacer las cosas un poco mejor. Eso sí, para poder hacer funcionar este modelo no puedes tener a cualquier jugador o a cualquier persona. Necesitas ciertos jugadores de cierta edad con un rol específico, jugadores con menos edad, con mucha capacidad de crecimiento, que hagan crecer al equipo cuando ellos mejoran. Tienes que tener personas que entiendan que el bien del equipo repercute en su bien individual, pero que al revés no es lo mismo. Son muchas cosas, no se trata de comparar con el Baskonia. Creo que cada club y cada equipo tiene su modelo y su filosofía y el Baskonia es un ejemplo de éxito en su filosofía, y nosotros lo somos en la nuestra. Es como comparar un solomillo y una merluza: son diferentes, no es una mejor que otra.

En esa filosofía, ¿cuesta gestionar una plantilla con tantos jugadores y, por ejemplo, siete interiores? 

Pues seguramente será lo que más tiempo y más energía nos quite, porque al final si fuera una cuestión de decidir que los jugadores que entrenan peor son los que no juegan, o incluso que los que están en peor momento son los que no juegan, la decisión no sería tan difícil. Pero si a los que están peor o los que están con más falta de confianza son a los que descartas, es difícil recuperarlos, por lo que siempre estamos un poco en el alambre entre lo que necesita el equipo como grupo y lo que necesita el equipo individualmente de cada jugador. Es algo que también hemos normalizado. Creo que los jugadores han entendido que siempre se van a quedar dos jugadores fuera, lo hemos desdramatizado entre todos, lo hacemos de una manera mucho más natural. Los jugadores casi nunca piden explicaciones sobre ello porque saben que la decisión no es aleatoria, hay debate, hay análisis, y siempre prima el bien del equipo y ganar, no sólo ese partido en concreto, sino a medio o largo plazo. Por lo cual, si hay un jugador que está falto de confianza seguramente no sea el descartado y lo que hacemos es meterlo para darle continuidad y recuperarlo porque sabemos que antes o después lo vamos a necesitar.

Ibon Navarro celebra la Copa del Rey junto a sus jugadores.

La gran pregunta ahora es si el Unicaja va a poder pelear por ganar la ACB. Es lo único que le queda ya... 

No lo sé. Pienso que tenemos el potencial para poder hacerlo, ahora debemos asumir la responsabilidad. Tenemos que ser conscientes de que vamos a ser un equipo al que los rivales van a mirar de otra forma, nos vamos a encontrar oponentes que no van a tener mucho que perder cuando jueguen contra nosotros, eso les va a liberar de la presión y nos va a resultar más difícil ganar partidos. Creo que sí que tenemos la capacidad, pero hay que ver si tenemos la madurez y la responsabilidad, insisto, de asumir eso y pelearlo. Aún queda mucho. Estamos en febrero y antes tenemos una BCL en la que nos gustaría llegar a clasificarnos para la Final Four y después el play off en el que hay que ser capaces de jugar con el favoritismo en un hipotético cruce de cuartos, donde ahora mismo te puede tocar el Barcelona, el Baskonia, el Manresa, el Murcia... Es un camino muy largo, pero tenemos el potencial para conseguirlo.

Otro debate es dónde estaría el Unicaja si estuviera compitiendo en la Euroliga. ¿Cree que podría asumir estar en esa competición? 

Eso es una discusión de bar y de basket-ficción porque nunca lo vamos a saber. Decir que sí es tan válido y tan cierto como decir que no. Yo me fijo mucho en el París Basketball porque creo que es un equipo que tiene un estilo muy parecido al nuestro y es verdad que ha tenido un impacto terrible en la Euroliga, pero cuando ha empezado a tener lesiones o enfermedades su racha se ha cortado y han tenido más problemas. Nosotros sí creemos que la forma de funcionar que tenemos de mover 14 jugadores nos permite llegar muy bien a los partidos y hacer a los rivales que se les haga largo. Evidentemente, no tenemos problema en jugar dos partidos por semana, y puntualmente podríamos jugar tres. De todas formas, es un debate inútil porque nadie tiene la respuesta correcta y la única certeza es que el club no es propietario de una licencia en la Euroliga, no la disputa y ha tomado la decisión de ir por otro camino.

¿Por qué? 

Porque el modelo económico de la Euroliga para equipos que no tienen esa licencia no es rentable en cuanto a la gestión económica. Sabemos que es una decisión del club, la respetamos, la asumimos, y la apoyamos. Hay consenso en ese tema, es la forma que tiene la entidad de funcionar y, por lo tanto, ha elegido avanzar por ese camino. Ahora parece que puede haber otros equipos que hagan lo mismo, así que es posible que no sea una decisión tan loca.

“El Baskonia y el Unicaja tienen modelos de éxito diferentes, no hay uno mejor que el otro”

¿Cree que el desgaste de los equipos que participan en la Euroliga ha influido en el éxito del Unicaja? 

La Euroliga es una competición durísima. Se habla de la dureza física, pero yo creo más en el impacto que tiene la dureza mental. Me explico. Un jugador que el viernes juega en Estambul en la cancha del Fenerbahce, con la adrenalina, la motivación y el control emocional que eso requiere, cuando unos días después se encuentra en otra cancha distinta es muy difícil que tenga la capacidad de activarse en menos de 48 horas para jugar otro partido después de ese sudor de adrenalina tan grande. Ese es el verdadero problema de la Euroliga: la exigencia mental tiene que volver a aparecer dos días después contra un rival que no tiene el nombre del Fenerbahce. Puedes tener 14 jugadores, rotarlos muchísimo, que nadie juegue más de 20 minutos, y que tengan la capacidad física de poder volver a competir 48 horas después, pero el reto es hacerlo a nivel mental. Hay jugadores, sobre todo americanos, que llegan a un equipo para jugar la Euroliga y enfrentarse a otras estrellas que hay allí con pasado en NBA, en esos aviones, con ese seguimiento televisivo... Cuando tienen que ir a la ACB les cuesta muchísimo.

Ibon Navarro besa la Copa del Rey.

Y pese a ello Real Madrid y Barcelona siguen dominando en liga. 

Lo que pasa es que cuando acaba la Euroliga ya no hay más y es ahí donde resulta más difícil abordar al Real Madrid, al Barcelona o al Baskonia, porque ya no está la Euroliga para desviar la atención. Por eso siempre digo que la Liga Endesa es muy difícil ganarla con el sistema de play off, porque es difícil sorprender a los equipos grandes cuando ya no tienen la Euroliga detrás.

Entiendo entonces que no le agradaría un cruce con el Baskonia en cuartos, que ahora mismo podría ocurrir... 

Evidentemente no me agradaría, pero es una cosa que no puedo controlar. Es decir, si yo sé que me va a tocar el Baskonia siendo primero, voy a querer ser primero, no es algo que vaya a intentar evitar. Al final, si el Baskonia es octavo es porque ha merecido serlo y no séptimo ni noveno, pero está claro que es un equipo que está creciendo. Disputar la Euroliga no te permite entrenar ni trabajar en la cancha, tienes que crecer a base de competir en los partidos. Eso requiere más tiempo para llegar a tener ciertos automatismos y ciertas asociaciones en el juego, cosas que ahora se le empiezan a ver al Baskonia. Era cuestión de tiempo que con jugadores de calidad y la experiencia que tiene Pablo Laso el equipo empezara a funcionar.

¿Se le hizo raro no ver al Baskonia en la Copa? Ya van dos años seguidos. 

Pues como dice, desgraciadamente no es noticia, pero es una pena porque yo creo que si alguien mueve aficionados y gente en la calle, ese es el Baskonia. De hecho, hubo un montón de camisetas del Baskonia en Gran Canaria y también en Málaga. La gente de Vitoria es gente de baloncesto que sabe lo que son las Copas del Rey, conoce el ambiente que hay y siempre se quiere mover. Evidentemente, habría muchas más camisetas si el Baskonia estuviese, pero la competición es muy cruel e igualada. Fuera de los tres primeros puestos hay muchísimos equipos que son aspirantes a entrar en la Copa y a la que no tengas un buen inicio de liga, luego es difícil. Como decía, al Baskonia le falta rodaje porque le falta continuidad. Son muchos jugadores nuevos, entrenador nuevo, muchas cosas nuevas que aprender y que hacer. Y sin entrenamientos. Eso empieza a llegar desgraciadamente tarde para el Baskonia. Estoy seguro de que si la liga regular empezase ahora, todo sería muy diferente.

¿Le han llegado muchos mensajes de felicitación estos días? 

Evidentemente. Todos mis amigos, mucha gente de baloncesto de Vitoria, mucha gente del club... Lo normal. Cuando es el revés y son ellos los que consiguen cosas bonitas también me gusta celebrarlo. Al final, soy de Vitoria, soy del Baskonia desde pequeño y ellos saben que también siento mucho el club y sé que ellos también se alegran por mí cuando las cosas me van bien.

¿Tiene inquietud por volver a entrenar en la Euroliga? ¿No lo echa de menos?

Bueno, yo no me siento peor entrenador por no estar en la Euroliga. Sí que reconozco que los mejores están en la Euroliga, pero no creo que me sintiera mejor si estuviese. Aquí estoy bien, me siento cómodo. Eso también es un arma de doble filo porque la comodidad y la estabilidad nunca deben acompañar al entrenador, pero sí que es verdad que estoy muy metido en el proyecto y le veo mucho recorrido y mucho futuro. Es muy difícil hacer lo que estamos haciendo. Parece que es fácil renovar a los jugadores y seguir una línea continuista, pero la realidad es que los jugadores, las personas y el equipo no son los mismos. Los jugadores que hay ahora no son las mismas personas que vinieron hace tres años. Tienen diferente situación, diferente caché, diferentes motivaciones, diferentes valores... Afortunadamente es un grupo humano muy bueno con el que es fácil trabajar y la verdad es que estoy muy contento.

“Hablar de cómo lo haríamos en la Euroliga es basket-ficción y una discusión de bar”

A muchos les gustaría verle en el banquillo del Baskonia.

Evidentemente soy de Vitoria y es algo que siempre estará ahí, pero tengo 48 años y me gustaría pensar que todavía me quedan mucho por delante. No sé si en el futuro nuestros caminos se cruzarán, pero ahora mismo creo que el Baskonia no puede tener mejor entrenador que el que tiene. Es imposible estar en mejores manos que en las que está ahora mismo y además de ser uno de los mejores entrenadores de Europa es de Vitoria y es del Baskonia, así que no hay mucho debate.

También ha ganado esta semana un premio de la revista Gigantes. ¿Se sienta Ibon Navarro ya en la mesa de los mejores entrenadores de Europa? 

Eso es pegarle un tiro al aire. Lo que sí que tengo muy claro es que este tipo de premios se los suelen dar a entrenadores de equipos exitosos. Nosotros no somos un cuerpo técnico en el que hay un entrenador y gente trabajando para él, aquí hay un entrenador y hay mucha gente trabajando con él. A mí me toca ir allí y recoger el premio, pero le diría que es más de la gente que ha trabajado conmigo que mío, porque en lo que pasa en la cancha tiene gran incidencia lo que hace mucha gente fuera, incluso más que lo que hago yo. Me lo dan a mí, pero lo recojo en el nombre de toda la gente que trabaja conmigo porque para mí son muy importantes.