Nada mejor para poner punto y final a la pretemporada que una victoria cómoda con la que coger confianza para el estreno liguero y eso es precisamente lo que tuvo el Baskonia en el Trofeo Álava-Araba Saria, en el que se impuso sin despeinarse al Trieste italiano, mermado por bajas importantes como la de Colbey Ross. Los recién ascendidos a la Serie A italiana sorprendieron en el arranque con una lluvia de triples y un baloncesto muy alegre y ofensivo, pero la gasolina se les acabó pronto y los vitorianos impusieron su superioridad en cuanto a físico y plantilla.
El Baskonia comenzó el encuentro con una alineación inédita propuesta por Pablo Laso, con el polivalente Luwawu-Cabarrot ejerciendo de base junto a Howard, Sedekerskis, Moneke y Hall. El experimento, a pesar de que Luwawu-Cabarrot se encargó de anotar la primera canasta del partido desde el perímetro, no funcionó del todo bien, ya que el Trieste, impulsado por su acierto en el triple, fue el dominador en los primeros compases del choque.
Campogrande, Uthoff y Candussi bombardearon el aro azulgrana desde los 6,75 metros y construyeron una ventaja de 12-19 para su equipo mientras la defensa del Baskonia se veía superada por el vertiginoso ritmo ofensivo de su rival. Sin embargo, cuando los porcentajes visitantes bajaron, todo fue mucho más fácil para los alaveses.
Con un base más convencional como Forrest en la cancha e incluso unos minutos en los que formó pareja con Baldwin, los de Pablo Laso le tomaron el pulso al encuentro, encontraron mejores situaciones en ataque y no solo consiguieron recortar diferencias con los puntos de Luwawu-Cabarrot y Forrest, sino que le dieron la vuelta al marcador y terminaron imponiéndose en el primer cuarto por 29-25 tras una canasta de Raieste.
La energía del Trieste, con una rotación corta a causa de las bajas, fue decayendo con el paso de los minutos y el Baskonia se encontró cada vez más cómodo sobre el parqué. Jaramaz, en sus mejores minutos de la pretemporada, realizó una buena labor en el arranque del segundo cuarto, cuando los gasteiztarras lograron estirar su renta por encima de los diez puntos con el 41-30, obra precisamente del base serbio desde el triple.
Tras ello, fue Markus Howard, discreto hasta entonces, quien entró en combustión y acaparó toda la atención de los aficionados que se acercaron al Buesa Arena con sus impecables acciones ofensivas. Eso sí, le salió enfrente un duro competidor con Denzel Valentine, una estrella durante su etapa en el baloncesto universitario, al igual que Howard.
El escolta de Michigan sumó tres triples a su casillero en el segundo cuarto que, si bien no pusieron en aprietos a los de Pablo Laso, sí que evitaron que el partido se rompiera del todo, ya que el Baskonia siguió anotando y encontrando grietas en la defensa italiana con enorme facilidad. Hall, Baldwin y un inspirado Raieste acompañaron a Howard en el capítulo anotador mientras Candussi hacía lo propio con Valentine. Los ataques, en definitiva, primaron sobre las defensas en el tramo final de un segundo parcial vistoso para el espectador que terminó con un 57-48 en el electrónico.
Sentencia en el tercer cuarto
Al regreso de vestuarios, la diferencia siguió moviéndose alrededor de los diez puntos en los que el Baskonia se encontraba cómodo pese a no terminar de romper el encuentro. En esta ocasión, eso sí, el juego se volcó más por dentro con Johnson y Hall trabajando duro bajo los tableros y anotando canastas de mérito, mención especial a un monstruoso mate tras rebote del pívot azulgrana que puso en pie al Buesa Arena.
También tuvieron su cuota de protagonismo Sedekerskis, Diop y Forrest, que sin hacer ruido y con paciencia fue sumando puntos a su casillero mediante penetraciones y tiros de media distancia. El ritmo anotador en general bajó y, pese a que la diferencia apenas se movió, un triple de Rogkavopoulos, completamente negado hasta entonces en el lanzamiento, colocó en el electrónico el 78-62 con el que se llegó al cuarto definitivo y que dejaba ya el encuentro sentenciado.
Lo aprovechó Laso para continuar con sus probaturas. Entre los mencionados experimentos, volvió a doblar los bases, en este caso con Forrest y Jaramaz, que nutrieron a Rogkavopoulos y Ndiaye con buenos balones para que castigaran desde el triple y estiraran el colchón azulgrana hasta el 84-65.
Con todo ya decidido y mucha fatiga en las piernas, el Trieste bajó definitivamente los brazos y el Baskonia optó por no hurgar en la herida y bajar también el ritmo en un tramo final del encuentro sin mucha historia en el que ambos dejaron pasar los minutos.
Howard, que siguió inflando sus números, fue quizás el único que no levantó el pie del acelerador mientras actores secundarios como Savkov y Ndiaye contaban también con su oportunidad para mostrarse. El único de los menos habituales que no regresó a la cancha fue Raieste, que dio muestras de una ligera molestia antes de sentarse en el banquillo y que prefirió no forzar, aunque habrá que estar pendientes de posibles novedades en los próximos días.
Al final, el duelo se resolvió por un cómodo 93-76 que da al Baskonia confianza de cara a su próximo compromiso, que no es otro que el primer partido de liga el 29 de septiembre contra el Lenovo Tenerife. Llega ya la hora de la verdad y una vez el equipo entre en su particular vorágine de partidos no habrá más tiempo para experimentos.