El Baskonia continúa pasando por encima de todos los rivales que se le cruzan en la ACB con sorprendente solvencia y el triunfo conseguido contra el Manresa le sitúa ya como líder en solitario de la liga tras los pinchazos del Real Madrid y el Barcelona, algo que con 17 victorias en los últimos 18 compromisos se ha ganado con total merecimiento. No lo puso fácil el conjunto de Pedro Martínez, combativo y hábil a la hora de encontrar grietas a la defensa gasteiztarra, pero los 107 puntos alcanzados por los alaveses en otro festín anotador fueron insalvables para los catalanes.
Como era esperable con la final del jueves en Euroliga contra el Olympiacos en el horizonte, Peñarroya alineó de inicio un quinteto formado por hombres de la segunda unidad con Heidegger, Howard, Raieste, Díez y Enoch. El choque comenzó con un ritmo anotador altísimo por parte de ambos conjuntos, propiciado por la inspiración de Harding, autor de 12 puntos en el primer cuarto para el Manresa, pero sobre todo por la relajación defensiva reinante. A los cinco minutos de juego, el marcador era de 11-17 tras un triple de Jou, momento en el que Peñarroya decidió parar el choque e incitar a sus jugadores a subir su intensidad en defensa. Le hicieron caso sus pupilos, que lograron igualar el choque en un minuto y encadenaron un parcial de 14-2 aprovechando también el ingreso de hombres de peso como Thompson, Marinkovic o Costello, autor este último de cinco puntos seguidos.
Después de anotar 17 puntos antes del tiempo muerto de Peñarroya, el Manresa solo fue capaz de anotar 6 en el resto del cuarto y así se llegó con un marcador de 27-23 al segundo parcial. Entre Thompson, Giedraitis y un inspirado Costello siguieron poniendo tierra de por medio durante los pocos minutos que compartieron sobre el parqué hasta establecer una ventaja de dobles dígitos, que fue de once puntos con el 38-27. Con el regreso a cancha del quinteto titular, sin embargo, los gasteiztarras perdieron solidez defensiva, el Manresa buscó inteligentemente las cosquillas a Howard atrás y a base de viajes a la personal y los fogonazos de Harding recortó distancias y se llegó a situar a un solo punto con el 43-42. Rokas y Marinkovic reactivaron la defensa local y sin Howard y con los puntos de Enoch, Raieste y Giedraitis, el Baskonia logró distanciarse ligeramente antes del descanso, al que se llegó con un marcador de 53-46.
Costello al rescate
Los de Pedro Martínez regresaron más entonados del paso por vestuarios y, aunque los vitorianos intentaron contener a su rival con los triples de Kurucs y Díez, el Manresa logró recortar distancias sacando partido de las facilidades concedidas por los locales en la pintura y a los tres minutos de juego de la segunda parte volvieron a situarse a un solo punto (61-60). Al igual que sucedió en la primera parte, Peñarroya recurrió a Thompson, a Marinkovic y a Costello al verse en una situación comprometida y esta vez fue el escolta serbio el que lideró un parcial de 8-0 para recuperar el colchón. Llegaron entonces unos minutos espesos, no tanto por el juego, sino por las interrupciones arbitrales, las revisiones y una serie de técnicas y antideportivas que desaprovecharon los catalanes fallando desde la personal. La diferencia se mantuvo entorno a los cinco puntos hasta que Costello, el mejor azulgrana, anotó de forma consecutiva un triple y un mate tras robo para llegar al cuarto decisivo con una nada desdeñable ventaja de once tantos.
El propio interior norteamericano siguió estirando la ventaja en la reanudación, logrando alcanzar una máxima hasta entonces de 15 puntos de diferencia con el 86-71 obra de un Heidegger mucho mejor en la faceta ofensiva que en anteriores citas. Pese a ello, los visitantes no le perdieron la cara al partido y siguieron compitiendo e intentando acercarse en el marcador, pero esta vez el Baskonia pudo gestionar la renta sin demasiados problemas, logrando que esta no cayera por debajo de los dobles dígitos en ningún momento. Enoch y Heidegger tiraron del carro en ataque y el base israelí fue el principal protagonista de unos últimos minutos con el encuentro ya decidido en los que se encargó de registrar su máxima anotación como baskonista con 22 puntos. Al final, todo salió según lo planeado. No se puede pensar en mejor manera de viajar a El Pireo que hacerlo como líder de la ACB.