El Baskonia vuelve a salir damnificado de otro desplazamiento continental. Pese a la encomiable reacción mostrada en el inicio del tercer cuarto, donde el conjunto vitoriano pudo disfrutar de una buena ventaja en el marcador, los de Peñarroya se vieron penalizados por su falta de mordiente en el rebote defensivo y, sobre todo, por su aciaga noche en el triple. El Maccabi, que exhibió un poderío físico imparable ante un público infernal, se erigió como un martillo pilón sobre el mar de dudas en que se convirtió el Baskonia.

Si bien es cierto que la visita al feudo israelí obliga siempre a realizar una actuación brillante en cada apartado para no ser derribado, los de Zurbano apenas mostraron sus argumentos para poder sumar una nueva victoria. Salvo un impás del tercer cuarto en el que el Baskonia ofreció sus mejores minutos mediante el juego de transición, los vitorianos no fueron capaces de igualar la temperatura física del Maccabi y acabaron la velada sin hacer acto de presencia.

El Baskonia no fue rival durante los últimos diez minutos de la contienda. Noqueados por la frialdad de Baldwin, la plasticidad de Brown y los centímetros de Nebo, los alaveses acusaron la diferencia entre el quinteto inicial y el banquillo. Thompson volvió a estar solo en la dirección del timón y la notable actuación de Kotsar fue insuficiente ante el músculo israelí. La dependencia sobre el base norteamericano fue de tal magnitud que, en los pocos instantes que tuvo que tomar aire en el banquillo, el Maccabi firmó unos parciales muy favorables.

EL CASTIGO DE BALDWIN

Baldwin, que se vistió de verdugo en el enfrentamiento ante su exequipo al sumar 24 puntos, no perdonó desde la línea de tres y hurgó en la profunda herida baskonista. Imparable en las penetraciones y gélido en las situaciones más tensas, el de Nueva Jersey tuvo su día soñado. Mientras tanto, la noche del Baskonia fue aciaga desde la línea de 6,75 metros. El primer cuarto, que comenzó con un 1/8 en triples, no fue más que el tráiler de lo que minutos después se evidenciaría sobre el parqué macabeo, que penalizó la falta de puntería de Howard y la fragilidad en el rebote de los interiores. 

Además, el Maccabi se hizo con 16 capturas ofensivas, lo que se tradujo en puntos regalados para un rival imparable. La facilidad con la que el cuadro israelí anotó bajo el aro fue suficiente para castigar la aciaga puntería desde el triple. De hecho, el Baskonia abandonó Tel Aviv con la sensación de llegar sin aire al tramo final de la contienda. El duelo ante el Maccabi, transformado en una montaña rusa de anotación dado el potencial anotador de ambas escuadras, acabó siendo una sangría irremediable para los vitorianos. 

Pese a la dura derrota ante el Maccabi, la lucha de cara a la consecución del billete para el Top 8 se mantiene viva. A falta de cinco jornadas para el final de la maratoniana fase regular de la Euroliga, el Baskonia está obligado a recuperar su quirúrgica precisión desde la línea de tres y, desde luego, encontrar más recursos en su plantilla.