El Baskonia recibió en Belgrado un importante correctivo en una aciaga noche en la que no fue capaz de reponerse a las ausencias de Howard y Henry y se vio empequeñecido ante el hostil ambiente del Stark Arena y un Partizan muy superior a los alaveses excepto durante los cinco minutos anteriores y posteriores al descanso. Solo los fogonazos de un motivado Marinkovic mantuvieron a flote a los azulgranas, que no solo concedieron su tercera derrota consecutiva en Euroliga, sino que cedieron el basket average particular contra un equipo que está creciendo y que perfectamente puede rivalizar con el Baskonia a final de temporada por entrar en el play off.

El duelo comenzó a complicarse desde una hora antes del pitido inicial con la baja de última hora de Pierria Henry, que se sumó a Markus Howard en la lista de ausencias por unas molestias en el sóleo, dejando la cuerda exterior azulgrana muy tocada. Pese a ello, el arranque, en el que Peñarroya apostó por un quinteto formado por Thompson, Marinkovic, Giedraitis, Díez y Kotsar, no fue malo, ya que los gasteiztarras empezaron acertando desde el perímetro con los triples de Díez y Marinkovic. Por dentro, sin embargo, Lessort comenzó a imponer su físico bajo el aro y cuando Kotsar se marchó al banquillo con dos faltas, el pívot francés campó a sus anchas en la pintura ante la tibia oposición de Enoch. En ese momento el marcador reflejaba un 9-8, pero a partir de ahí, gracias también a un gran Papapetrou con 10 puntos en el primer campo, el Partizan comenzó a poner tierra de por medio. Como ya le sucedió en Múnich, el Baskonia hizo aguas en defensa en los primeros diez minutos, en los que tampoco gozó de fluidez en ataque, y encajó 29 puntos (29-17).

Al inicio del segundo cuarto, la puntería de Marinkovic desde los 6,75 metros permitió a los gasteiztarras solucionar maquillar sus espesas posesiones y reducir la desventaja por debajo de los dobles dígitos, pero en cuanto los tiros dejaron de entrar la ofensiva visitante se atascó y el Partizan volvió a escaparse. Desde el segundo de los mencionados triples de Marinkovic (31-23), el cuadro local, espoleado por su afición, encadenó un parcial de 14-3 en el que el Baskonia solo consiguió anotar mediante un triple de Tadas. Exum o Punter se sumaron a la fiesta del conjunto de Obradovic, que por momentos parecía que podía sentenciar el choque al descanso. Afortunadamente, los locales bajaron su ritmo anotador en los últimos cuatro minutos y medio de la primera parte, en los que el Baskonia, con Thompson aportando criterio al ataque y algo más de consistencia defensiva con un buen trabajo de Tadas, fue capaz de acercarse a once puntos al descanso con un parcial de 0-8.

Espejismo fugaz

Al regreso de vestuarios, la sequía anotadora del Partizan persistió y el Baskonia estiró el parcial hasta el 0-13 con un triple de Marinkovic y una canasta de Thompson, situándose así a solo seis puntos en el electrónico (47-41). Trifunovic fue el encargado de romper el parcial con un tiro de media distancia y a continuación apareció el talento de Punter con dos triples consecutivos para devolver la confianza y el colchón de doce puntos a los de Belgrado. Kotsar mantuvo a flote a los gasteiztarras durante unos minutos, trabajando duro y anotando siete puntos seguidos para su equipo, pero se encontró demasiado solo ante un rival con más jugadores implicados en ataque. Mientras Thompson, Giedraitis, Hommes o Raieste no encontraban el camino, Punter, Exum, Papapetrou y Madar se repartieron la responsabilidad en el ataque rival para llegar al cuarto decisivo con el duelo encarrilado para los locales (67-50).

En el último cuarto Peñarroya intentó seguir compitiendo y luchar al menos por mantener los siete puntos del basket average conseguidos en el duelo de ida, pero pronto tuvo que renunciar también a esa posibilidad. El Partizan no soltó el pie del acelerador y el Baskonia se convirtió en un mero invitado a la fiesta serbia. Kurucs, Marinkovic, Díez, Sedekerskis y Enoch, tal vez para dar descanso a los hombres importantes o como toque de atención a quienes rindieron bastante por debajo de su nivel, se encargaron de disputar los últimos minutos, en los que los de Belgrado llegaron a construir una diferencia de 21 puntos, que terminó siendo de 18 al final (83-65). El domingo ante el Joventut el Buesa jugará un papel importante para intentar levantar la moral de un equipo que no pasa por su mejor momento.