El próximo jueves a las 20.30 horas en el Buesa Arena el Baskonia tendrá la oportunidad de ahondar en la ya de por sí profunda crisis por la que está pasando el Armani Milán, que se encuentra en su peor momento en la Euroliga desde que Ettore Messina tomó las riendas del equipo en el verano de 2019. El conjunto italiano, uno de los clubes con mayor presupuesto de Europa y firme candidato a alcanzar la Final Four a principio de temporada, se encuentra contra todo pronóstico hundido en el último puesto de la clasificación con un balance de tres victorias y siete derrotas.

El cuadro milanés acumula una racha de seis partidos consecutivos perdiendo en Euroliga, coincidiendo con el periodo en el que ha estado lesionada su estrella, el exbaskonista Shavon Shields. Sin embargo, su crisis no se explica únicamente con la ausencia del alero estadounidense, aunque las bajas sí que están dificultando que el Armani pueda ser el equipo dominador que terminó en tercera posición en la fase regular del curso 2021-22 y en cuarta posición en el 2020-21. 

Además de Shields, Datome se ha perdido los últimos compromisos por un proceso viral, Tonut arrastra problemas en los aductores y Baron regresó el domingo de lesión en la Serie A italiana. Para colmo, Pangos, una de las piezas fundamentales del equipo, sufrió una rotura parcial en el ligamento cruzado posterior de su rodilla derecha en la pasada jornada de Euroliga contra el Fenerbahce y tardará al menos seis semanas en volver a estar disponible. Ettore Messina ha intentado reponerse al aluvión de bajas con el fichaje de renombre de Luwawu-Cabarrot, procedente de la NBA, pero por ahora no ha resultado suficiente para solventar los problemas del equipo.

En la liga italiana, en la que ocupa la segunda posición, la situación no es tan crítica con un balance de 7-1, pero en la Euroliga sus números son desoladores. De hecho, se trata del equipo que menos puntos anota por partido de la competición, con 68,3 de media, estadística que lidera el Baskonia con 87,9 de media, casi 20 puntos más. Con ello y la racha de seis derrotas consecutivas –algunas muy sonadas como el 51-80 contra el Efes, el 74-56 ante el Barça o el 59-64 en casa contra la Virtus–, no es de extrañar que Ettore Messina, que es a la vez entrenador y presidente del club, se haya planteado renunciar al cargo. “Si seguimos jugando así, iré al Sr. Armani para decirle que necesitarían a alguien mejor”, dijo en una reciente rueda de prensa. La del jueves podría ser una de sus últimas oportunidades para su autodestitución.