Si alguien que se está ganando a pulso el premio a revelación de la ACB esta temporada, ese es sin duda el alero del Breogán Dzanan Musa. El bosnio llegó sin hacer mucho ruido al conjunto lucense, recién ascendido a la ACB y con un presupuesto limitado, y se ha convertido en el gran referente ofensivo del combinado gallego y la razón principal por la que, lejos de conformarse con la salvación, el Breogán está ahora en la pugna por obtener un billete para la Copa del Rey.

De hecho, con una victoria en el duelo de mañana contra el Baskonia dejaría con pie y medio fuera del torneo copero al conjunto gasteiztarra y clasificaría a los lucenses, muy inferiores a los alaveses en cuanto a recursos.

Musa, uno de los jugadores más prometedores de Bosnia y Herzegovina, llegó a la NBA muy joven, con solo 19 años, cuando fue seleccionado por los Brooklyn Nets en la 29ª posición del Draft gracias a sus buenas actuaciones en el Cedevita de Zagreb, con el que había promediado 10,5 puntos en Euroliga. Sin embargo, su progresión se estancó en su llegada a la liga norteamericana y no logró asentarse allí, donde promedió 4,3 puntos en los 49 partidos que disputó en liga regular. Tras su paso por la franquicia neoyorquina, fue traspasado a los Pistons de Detroit, donde ni siquiera llegó a debutar.

VUELTA A EUROPA

En enero de 2021, el Anadolu Efes le ofreció la oportunidad de regresar al baloncesto europeo por todo lo alto, firmando por uno de los aspirantes a ganar la Euroliga con un contrato que se podía alargar hasta 2023. Sin embargo, su estancia en Estambul fue decepcionante, sin apenas trascendencia en Euroliga, lo que provocó que, tras ejecutar una cláusula de corte en su contrato, se plantara en verano sin equipo y con parte de su crédito perdido. Fue entonces cuando el recién ascendido Breogán apostó por él y le brindó la opción de llegar a un equipo en el que asegurarse protagonismo y volver a colocarse en el escaparate.

Y vaya si la está aprovechando. Desde su estreno en la Liga Endesa, en el que anotó 25 puntos con un 4/4 desde el perímetro, Musa ha encadenado exhibiciones anotadoras como la de la victoria de la jornada 14 contra el Valencia Basket, cuando registró 33 puntos, 10 rebotes y 44 de valoración.

Se trata de un jugador de mecha corta, de esos que cuando entra en ebullición se convierte en una pesadilla para la defensa rival. Además de su excelente muñeca -es el 16º jugador que más triples anota de la liga y el 17º con mejor porcentaje (43'9%)-, es capaz de anotar desde distintas posiciones y es un gran penetrador, con unas condiciones físicas que le permiten lucirse machacando el aro de vez en cuando.

Esa explosiva mezcla lo convierte en el máximo anotador de la ACB en lo que va de temporada con 19,1 puntos por encuentro, dos más que el escolta del Fuenlabrada Obi Emegano, segundo clasificado en esta estadística con 17,1 puntos. Por si fuera poco, también aporta a su equipo rebote (4'8 por choque), asistencias (3,1) y robos (1,4), lo que le permite también ser el jugador más valorado de la ACB con 20,7 créditos, superando ampliamente los 18,3 de Tomic. También es el hombre que más faltas recibe (5,6), más tiros libres anota (4,9) y más minutos juega (30:49). Su único pero son las pérdidas, estadística que también lidera con 3,3 por choque seguido por el baskonista Baldwin, con 2,9.

ROCE CON TELETOVIC

Musa, que será un incordio mañana para el Baskonia, tiene una curiosa conexión con una leyenda del club gasteiztarra y compatriota suyo como es Mirza Teletovic, y no precisamente de buen recuerdo para el del Breogán.

En los clasificatorios para la Eurocopa de 2016, cuando Musa comenzaba a asomarse en la selección de Bosnia y Herzegovina, Teletovic le recriminó en un partido clave contra Rusia que fingiera haber recibido un codazo por parte de un rival, lo que el exbaskonista, por entonces capitán de la selección, consideró contraproducente.

Así se lo hizo saber a un jovencísimo Musa de 17 años, que, según relató Teletovic, le insultó y eso propició que el ala-pívot le diera un manotazo en el cuello, provocando los lloros posteriores de Dzanan, que tuvo que ser consolado por sus compañeros durante el tiempo muerto. Poco se parece ya el jugador del Obradoiro a aquella prometedora perla bosnia. A sus 22 años, es ya toda una realidad y, aunque no ha cumplido con las expectativas que generó en su país, todavía tiene tiempo y aptitudes para lograrlo.

Si sigue a este nivel, le sobrarán pretendientes en verano y seguro que su agente Misko Raznatovic intenta sacar tajada y encontrarle acomodo en un club poderoso. Hasta entonces, los aficionados del Breogán podrán disfrutar de su talento, ya que recientemente confirmó que terminaría la temporada en Lugo.