BARCELONA 103: Calathes (17), Kuric (7), Higgins (22), Mirotic (16), Pustovyi (-) -cinco inicial-, Abrines (11), Davies (10), Westermann (5), Hanga (6), Smits (4) y Oriola (5).
UNICAJA 93: Díaz (9), Brizuela (33), Waczynski (10), Suárez (5), Guerrero (10) -cinco inicial-, Thompson (3), Fernández (7), Alonso (-), Abromaitis (6), Nzosa (4) y Bouteille (6).
Parciales 15-29; 24-15; 21-21; 28-21; 15-5.
Árbitros Pérez Pizarro, Cortés y Manuel.
Pabellón WiZink Center.
El Barcelona impuso la lógica en el último emparejamiento de cuartos, pero nadie esperaba que lo hiciera con tanto sufrimiento ante un Unicaja que le llevó al límite y dirigió sus críticas hacia el arbitraje. Fotis Katsikaris acabó descalificado y tres jugadores del equipo malagueño también recibieron una técnica por flopping, algo que irritó al técnico griego.
El Barça tuvo que exprimirse al máximo en un partido donde sufrió lo indecible ante la pegada de Darío Brizuela, autor de 33 puntos y un peligro constante para la defensa culé. El guipuzcoano lideró el espectacular arranque del Unicaja, que se puso 9-29 arriba pero que poco a poco vio cómo el oxígeno no le llegaba al cerebro. Cuando parecía que el Barça había puesto tierra de por medio (79-70), una nueva reacción de los costasoleños añadió emoción a la velada. Después de que Mirotic desperdiciara un tiro libre, una canasta de Abromaitis a falta de cuatro décimas envió el choque a la prórroga, donde Higgins resultó decisivo para un favorito con el susto en el cuerpo.