- La Euroliga ha entrado definitivamente en su fase culminante y lo hace con un TD Systems Baskonia demasiado rezagado en la encarnizada pelea por el Top 8, que en la actualidad involucra a un ingente número de equipos. La inestable trayectoria continental de los hombres adiestrados por Ivanovic ha contemplado hasta la fecha victorias épicas, pero también sonadas decepciones ante rivales relativamente asequibles que no entraban en ningún guión.

Ahora es cuando más de un aficionado maldice aquellos imperdonables tropiezos en casa ante el Asvel Villeurbanne o el Alba Berlín, que para más inri también fueron conjuntos inabordables para el Baskonia ejerciendo como anfitriones. O la clara derrota en Belgrado ante un Estrella Roja sumergido en la zona baja de la tabla, o el traspié en el Buesa Arena ante un Maccabi que tampoco infunde tanto pavor, aquel desvanecimiento ante el Zenit de Xavi Pascual en la segunda parte, las tardes negras acontecidas en Kaunas o Múnich...

Las matemáticas, eso sí, todavía no dan la espalda del todo a las esperanzas azulgranas y el firme objetivo que se han propuesto tanto el entrenador montenegrino como sus jugadores es, al menos, llegar vivos a las últimas jornadas de esta maratoniana fase regular. Sin embargo, se trata de un objetivo plagado de espinas tras las múltiples oportunidades desaprovechadas a lo largo de las últimas semanas.

Apreciadas las tres victorias de desventaja respecto a la octava posición en manos del pujante Fenerbahce -en realidad son cuatro al tener perdido ya el TD Systems el basket average respecto a los turcos- y el trepidante ritmo de victorias que están firmando los adversarios directos, el Baskonia deberá rozar prácticamente la perfección hasta la llegada de los cruces de cuartos.

La primera edición de la nueva Euroliga con 18 participantes quedó suspendida de forma abrupta debido a la pandemia, de ahí que no exista una referencia precisa acerca del número de victorias necesarias para inmiscuir la figura entre los ocho mejores. En cualquier caso, las cábalas para la formación vitoriana son muy claras. Como popularizó en su día el mítico Luis Aragonés en una de sus frases míticas, se trata de ganar, ganar y volver a ganar.

La teoría dice que en condiciones normales hubiesen sido necesarias entre 17 ó 18, pero también cabe la posibilidad de que el octavo clasificado -ahora mismo un Fenerbahce con un balance de trece triunfos y diez derrotas- pueda necesitar una cifra incluso superior. Dado que todavía restan once jornadas hasta la conclusión, esta última es la hipótesis con más visos de hacerse realidad.

El billete para el Top 8 se cotiza esta campaña mucho más caro que hace un año cuando la emergencia sanitaria obligó a suspender la Euroliga. El mejor ejemplo de su dureza es que el Fenerbahce de Igor Kokoskov, octavo clasificado, ha necesitado en esta edición cinco jornadas menos que el pasado ejercicio para sumar las trece victorias que figuran ahora mismo en su casillero.

Si el ritmo de los conjuntos que le preceden en la tabla se mantiene inalterable, el Baskonia deberá protagonizar una gesta de dimensiones siderales en los partidos que restan. y, a lo sumo, tan solo podría permitirse dos o tres errores. Un grado de infalibilidad que hasta la fecha no ha mostrado en ningún momento.

La magnitud de los rivales tampoco ayuda, ya que los alaveses deben visitar, entre otras pistas, las del Real Madrid, Barcelona, Valencia Basket o Zenit. Y por el Buesa Arena aún deben desfilar cuatro equipos que comparten el mismo objetivo del Top 8 (Olympiacos, Bayern Munich, Armani Milan y Anadolu Efes).

El trayecto continental del TD Systems está siendo más complicado de lo que muchos intuían. Y es que el conjunto de Ivanovic tan solo ha estado al término de la primera jornada en las posiciones que permiten obtener la vitola de cuartofinalista continental. Fue tras aquel meritorio triunfo ante el Real Madrid en el partido que sirvió para inaugurar la máxima competición continental en el Buesa Arena.

TADAS SEDEKERSKIS: "AHORA NO PUEDO VENIRME ARRIBA"

Modestia del lituano. Tras la lluvia de elogios que está recibiendo en los últimos tiempos, Tadas Sedekerskis es consciente de que, a sus 23 años, debe conservar la humildad. "Siempre he mantenido esta calma y confianza en mí mismo; este carácter Baskonia de seguir trabajando duro. Creo que mi momento va llegando poco a poco y estoy preparado. Tengo que seguir así y no puedo venirme arriba. Debo seguir haciendo mi trabajo día a día y aprovechar estos minutos", reconoció el alero lituano tras el entrenamiento matinal de ayer. También se mostró convencido de que el Baskonia ganará los dos encuentros de esta semana en Madrid y Tenerife.