Tres partidos sin Luca Vildoza, una derrota (Real Madrid) y dos victorias (Efes y Gipuzkoa Basket). El balance no es malo pero la sobrecarga de minutos y responsabilidad que recae sobre Pierria Henry se antoja peligrosa.
Lo comentó Dusko Ivanovic nada más finalizar el derbi contra el equipo guipuzcoano. "Se ha demostrado que cuando Henry necesita descansar sufrimos mucho en el puesto de base". Porque, al parecer, Arturs Kurucs no es suficiente.
El joven letón se deja devorar por la ansiedad y, probablemente, juega por debajo de sus posibilidades reales. Contra el Real Madrid dispuso de casi 14 minutos -y no todos como base- en los que anotó 5 puntos y perdió tres balones. Henry, por su parte, cargó con la responsabilidad de dirigir al equipo durante 32 minutos en los que sumó 21 puntos y repartió media docena de asistencias. Una actuación descomunal que, sin embargo, no fue suficiente para doblegar al equipo de Pablo Laso.
Apenas dos días después, el viernes, el Baskonia se midió al Anadolu Efes viaje a Estambul incluido. Otros 32 minutos de pista para Henry (11 puntos, 5 asistencias) y solo otros 5 minutos para Kurucs, que contribuyó con un único punto y un rebote al notable éxito de su equipo. El Baskonia consiguió un triunfo de prestigio que le sitúa entre los ocho primeros de la clasificación, pero Vildoza seguía sin aparecer -regresó de Madrid a Vitoria al comprobarse que la lumbalgía seguía molestándoles- mientras, qué remedio, se sobrecargaba a Henry.
A la vuelta de Turquía llegaba un partido a priori más propicio para liberar a Henry de tanto trabajo. El colista Gipuzkoa Basket visitaba el nuevo parqué del Buesa Arena como rival ideal para dosificar la plantilla.
Pero tampoco pudo ser. Y Vildoza seguía de baja. Otros 30 minutos para Henry, imprescindible para sofocar los amagos de rebelión de los de Marcelo Nicola. El base baskonista se marcó otros 21 puntos y 5 asistencias para una valoración total de 29. Otra actuación descollante aunque se pudieron observar síntomas de agotamiento.
Oportunidad aparentemente idónea para Kurucs. Pero la volvió a desaprovechar. 8 minutos en cancha, ningún punto y 3 pérdidas. Quizá, su peor partido como baskonista.
Ivanovic recurrió a Dragic para subir el balón en no pocas ocasiones. Ya lo habían ensayado en los partidos anteriores. La experiencia del esloveno es un grado pero no es un base y se nota. El Maccabi suspira porque la espalda le siga dando guerra a Vildoza...