aurizio Gherardini, el hombre fuerte del Fenerbahce en los despachos, tenía reservado un golpe de efecto cuando Zeljko Obradovic le notificó en verano que, después de siete temporadas, no seguiría en su idolatrada Estambul. La fuerte reducción presupuestaria acometida por el rival del Baskonia tras la marcha de su patrocinador Dogus, un hecho que alejó a varias estrellas de la capital turca, precipitó la salida de un técnico serbio que el pasado curso ya emitió síntomas de desgaste y necesitaba un año sabático. Hasta el punto de que el Fenerbahce ni mucho menos tenía asegurado el billete para el Top 8 en el preciso momento de la suspensión de la Euroliga por el coronavirus.
El prestigioso directivo italiano concedió las llaves del gigante otomano a Igor Kokoskov, un preparador que ha hecho carrera en Estados Unidos durante las dos últimas décadas y en el ejercicio 2018-19 rompió barreras al convertirse en el primer europeo en ser entrenador principal en la NBA. Los Suns de Phoenix, que siempre han apreciado el talento de jugadores y técnicos a este lado del Atlántico, apostaron por él con escasa fortuna.
La franquicia de Arizona acabó dicha campaña con un pobre balance de 19 victorias y 63 derrotas, algo que lógicamente le costó el puesto a un Kokoskov que antes de aceptar el reto de entrenar al más alto nivel en la Euroliga por primera vez en su carrera desempeñó nuevamente el rol de asistente en Estados Unidos, esta vez en los Kings de Sacramento a la sombra de Luke Walton.
A sus 49 años, el de Belgrado atesora ya una dilatada experiencia como segundo espada en los banquillos norteamericanos. En parte porque un grave accidente de coche al poco de cumplió la mayoría de edad frustró su escuálida etapa como jugador. Tras once operaciones, salvó su pie izquierdo y pudo volver a caminar, pero las secuelas eran incompatibles con la práctica del baloncesto.
Con 24 años, se convirtió en el técnico más joven de la historia de la extinta Yugoslavia en dirigir a un equipo profesional de élite y pronto puso rumbo a Estados Unidos, donde hizo buenas migas con, entre otros, Mike Krzyzewski.
Entre los éxitos de mayor relumbrón de Kokoskov, que también ejerce ahora como seleccionador de Serbia, figuran un anillo de campeón de la NBA cosechado en 2004 como entrenador asistente en Detroit Pistons -también ha trabajado en los Clippers, los Cavaliers, los Magic y los Jazz- y el oro en el Europeo de 2017 al frente de la irreverente Eslovenia, donde manejó con sabiduría una generación irrepetible liderada por Luka Doncic, Goran Dragic y Anthony Randolph.
En un Fenerbahce venido claramente a menos no lo tendrá nada fácil para dar continuidad a los éxitos de Obradovic, el nueve veces campeón de la Euroliga que no dudó nunca en consultarle por los secretos de cualquier jugador estadounidense habida cuenta de su perfecto conocimiento del mercado yankee.