REAL MADRID Campazzo (14), Taylor, Abalde (7), Randolph (6), Thompkins (9) -quinteto inicial-, Garuba (10), Laprovittola (1), Felipe Reyes (10), Deck (13), Rudy Fernández (6), Llull (8) y Carroll (4).

TD SYSTEMS BASKONIA Henry (18), Vildoza (6), Giedraitis (15), Polonara (2), Ilimane (4) -quinteto inicial-, Peters (9), Jekiri (7), Carrington (3), Polonara, (2) Dragic (7), Sedekerskis y Raieste (2).

Parciales 16-25, 29-21, 21-6 y 22-21.

Árbitros Pérez Pizarro, Sánchez y García. Sin eliminados.

Pabellón Ciudad deportiva del Real Madrid.

- Un corte fulminante del suministro eléctrico. Eso fue lo que sufrió en la tarde de ayer el TD Systems Baskonia. Como si de manera fortuita algo hubiese cortado la conexión que alimentaba a la escuadra vitoriana, el combinado de Dusko Ivanovic padeció un apagón total que, como no podía ser de otra manera, le condenó a una contundente derrota en su cuarto compromiso amistoso de la pretemporada. La de ayer bien podría decirse que era la primera piedra de toque de verdad para el cuadro de Zurbano que, contrariamente a lo que había sucedido en citas precedentes, se encontraba con un adversario de su liga. Nada menos que el todopoderoso Real Madrid que un año más comanda el vitoriano desde el banquillo.

Pese a que la envergadura del examen hacía que entrara dentro de lo posible el desenlace que definitivamente tuvo la contienda, nada lo presagiaba al inicio de la misma. Porque lo cierto es que si tras el primer cuarto el conjunto azulgrana se quedó a oscuras, durante los diez minutos iniciales exhibió una luminosidad propia del encendido de la Feria de Abril de Sevilla. De esta manera el duelo arrancó con claro dominio gasteiztarra en todos los apartados del juego y un rival incapaz de oponer la más mínima resistencia al vendaval azulgrana.

Un nombre propio emergió con fuerza en ese tramo para reclamar la mayor intensidad de los focos. Rokas Giedraitis ofreció un auténtico recital de sus muchas virtudes y, con sus doce puntos, lideró la escapada alavesa. Manteniendo al mismo tiempo la intensidad defensiva de comparecencias precedentes, el Baskonia rubricó un parcial redondo, llegando a la conclusión del mismo con nueve puntos de ventaja (16-25) y la sensación de que podía vivir un compromiso relativamente tranquilo.

Sin embargo, el tiempo se encargó de demostrar que se trataba únicamente de un mero espejismo. Conforme avanzó el cronómetro en el segundo cuarto el juego baskonista se fue diluyendo y, por el contrario, el Madrid comenzó a carburar. Los de Pablo Laso subieron varios enteros la intensidad de su defensa y los azulgranas no fueron capaces de responder al desafío. Los puntos de Giedraitis -maniatado por el veterano Rudy Fernández en este periodo- desaparecieron (solo anotó tres en la última media hora de juego) y nadie apareció para tomar el relevo. El juego interior azulgrana, completamente superado ayer, comenzó a recibir el castigo de los interiores blancos y cuando el TD Systems trató de contener la zona el bombardeo se trasladó al exterior. Pese a todo, gracias a los réditos del primer cuarto, el plantel de Ivanovic consiguió salir vivo de la situación y alcanzar el descanso con equilibrio aún en el marcador (45-46).

El paso por los vestuarios, no obstante, no deparó nada bueno. Lejos de servir para recomponer la estructura del equipo y recuperar las señas de identidad que le habían llevado al éxito en los diez minutos iniciales fue el mazazo definitivo a la ya por entonces endeble resistencia vitoriana.

La vuelta a la pista situó frente al espejo a una escuadra completamente desnortada. El demoledor parcial del nefasto tercer cuarto lo explica. Un 21-6 que explica por sí mismo el descenso a los abismos que protagonizó el TD Systems. Una única canasta en juego, obra de Dragic, fue capaz de anotar en este período. Dos tiros libres del esloveno y otro par de Vildoza fue todo el caudal ofensivo del equipo. Pero es que, además, el Baskonia tampoco fue capaz de llevar el encuentro al barro y endurecer su defensa para evitar la escapada del rival. Muy al contrario, permitió al joven Garuba campar a sus anchas por la zona y a Campazzo ejecutar con maestría un contragolpe tras otro.

Con este panorama, el último cuarto se antojaba un mero trámite y así fue. El cuadro gasteiztarra no pudo siquiera tirar de orgullo para estrechar el marcador y el Madrid se dedicó a seguir echando sal en la herida azulgrana hasta cerrar el choque con el 88-73 final. Un resultado que, en estos momentos, no pasa de ser una anécdota más pero del que también deben extrarse conclusiones.

Giedraitis rubricó un arranque espectacular con doce puntos pero solo anotó tres más en la última media hora del encuentro

El juego interior azulgrana sufrió ante los pívots 'merengues' y el equipo no mostró capacidad de reacción tras el descanso