vitoria - Transcurridas dos terceras partes de la maratoniana fase regular de la Euroliga, el Baskonia carece ya de excesivo margen de error a la hora de inmiscuir su figura en el Top 8. Con la pesada mochila de un arranque tétrico con cuatro derrotas consecutivas bajo la batuta de Pablo Prigioni, el equipo vitoriano se ha visto obligado a navegar contracorriente y eso va generando un desgaste mental que a la larga resulta contraproducente.
Habiendo sido meritoria su reacción de la mano de Pedro Martínez, un técnico que trajo algo de sensatez y cordura al proyecto, el asalto por primera vez a los puestos reservados a los elegidos se está haciendo de rogar más de lo esperado. El desasosiego va in crescendo en todos los estamentos del club, convencidos eso sí de que el objetivo marcado por Josean Querejeta se encuentra al alcance de la mano a poco que no se reediten episodios funestos como el del Armani Milán.
Todavía queda margen suficiente para sellar una nueva presencia entre los ocho mejores del Viejo Continente, pero el Baskonia ya no puede permitirse el lujo de desaprovechar las oportunidades de un calendario ciertamente propicio para sus intereses. A dos victorias del Khimki y del Maccabi, y a tres de un sorprendente Zalgiris que por pura lógica debería bajar del pedestal en el que se encuentra sumido tras una primera vuelta por encima de sus posibilidades, el ansiado Top 8 sigue a tiro de los azulgranas.
De hecho, esta jornada se antoja propicia para recortar la desventaja ante el duelo directo entre lituanos e israelíes en el Zalgirio Arena y la llegada del Estrella Roja al Buesa Arena. Si el Baskonia es capaz de hacer los deberes al amparo de su público, algo que no sucedió en la última visita del Armani, las esperanzas subirán como la espuma para un cuadro vitoriano que prácticamente pasaría a depender de sí mismo, sobre todo si son los discípulos de Neven Spahija quienes salen derrotados de esta velada crucial.
Pese a que en estos casos siempre resulta aconsejable apelar al tópico de partido a partido, también es inevitable hacer ya algunas cábalas para saber el número de victorias que serán imprescindibles para soñar con la Final Four de Belgrado. El Darussafaka, octavo clasificado en la primera Euroliga de la historia bajo este formato de todos contra todos, necesitó el pasado ejercicio 16 triunfos para colarse en el Top 8 y en esta edición todo hace indicar que el Baskonia deberá aproximarse o, al menos, alcanzar idéntica cifra. Con el importante añadido de que, a igualdad de muescas en la tabla, puede entrar en juego un factor decisivo como el basket average.
la clave, en casa Cualquier aspiración azulgrana pasará ineludiblemente por hacerse fuerte en el Buesa Arena, donde aún restan por disputarse seis partidos frente a algunos de los rivales teóricamente más asequibles de la competición. Estrella Roja, Khimki, Zalgiris, Brose Baskets, Maccabi y Anadolu Efes, es decir ningún candidato al trono continental, desfilarán por este orden en la cancha de Zurbano. Lejos de sus dominios, al Baskonia le aguardarán el Panathinaikos, el CSKA, el Valencia Basket y el Barcelona.
De todos los implicados en la pelea, el Maccabi afronta el calendario más complicado con tan solo cuatro partidos como anfitrión, el Khimki cinco y el Zalgiris, al igual que los alaveses, seis. De este trío, solo los de Jasikevicius están dando una imagen realmente sólida jornada tras jornada. Tanto rusos como hebreos, en la línea del Baskonia, son capaces de lo mejor pero también de lo peor con una acentuada irregularidad.
El Baskonia tiene prácticamente ganado ya el average a los lituanos, quienes recibieron una buena cura de humildad en la ida (77-97). En el caso del Khimki, la tropa de Pedro Martínez necesitará recuperar un solitario punto (91-90) y, con el americanizado Maccabi, seis (74-68) tras las ajustadas derrotas de hace meses.
En este momento de máximas apreturas es cuando pesan como una losa las dos hirientes derrotas ante el Armani, un equipo ya sin opciones de Top 8 que ha ensombrecido el futuro de los alaveses. Posiblemente, muchos baskonistas firmarían ya con los ojos cerrados la octava posición, pero ello supondrá casi seguro reeditar en cuartos de final el enfrentamiento de la pasada campaña ante el CSKA, claro candidato al liderato de la fase regular.
De igual modo, el Baskonia no debería descuidarse con los equipos que vienen por detrás, entre ellos un Unicaja al que tiene ganado el average y también su inminente visitante en el Buesa. Sin hacer excesivo ruido y con el presupuesto más modesto de los participantes, el Estrella Roja está dejando en evidencia a conjuntos más adinerados como el Barcelona, el Armani o el Efes, posiblemente las tres grandes decepcionantes de esta Euroliga.