90- 67

Un partido plácido. La velada ante el Murcia sirvió para que salieran a la luz todas las virtudes que desea el croata para este Baskonia. El equipo se hinchó a conseguir contragolpes e impuso un ritmo altísimo que un visitante inofensivo no pudo seguir. Con el agujero hecho, dio descanso a los jugadores más desgastados (Causeur y Bourousis) y volvió a acordarse de Mamadou Diop.

Una salida infernal. El Baskonia marcó territorio desde el salto inicial y apenas dio opciones al Murcia en una jornada que sirvió para dar carpetazo a las dos últimas derrotas foráneas.

Transiciones fugaces. Los alaveses acreditaron una vez más que se sienten como pez en el agua cada vez que defienden con solvencia y candan el rebote defensivo. Los exteriores se hincharon a anotar mediante contragolpes centelleantes.

Decepcionante Murcia. El club pimentonero ha incorporado para este curso un técnico de prestigio y está repleto de nombres lustrosos, pero en el Buesa Arena dejó pésimas sensaciones como colectivo. Su acierto exterior brilló por su ausencia.

Vitoria - La noticia llamativa de un partido con un cartel atractivo es que precisamente no hubo partido ni un leve atisbo de emoción. El Baskonia zanjó la incertidumbre en un santiamén y resolvió por la vía rápida. Con ráfagas de un juego extremadamente vistoso e impulsado por un ritmo frenético que le llevó a culminar infinidad de contragolpes, el conjunto alavés quemó con suficiencia ante el Murcia una nueva etapa en busca del pasaporte copero. Aunque las matemáticas no lo han terminado de certificar, nadie duda ya de que un clásico del torneo del K.O. no faltará en esta ocasión a su cita en A Coruña. Así se deduce de la fiable trayectoria azulgrana en una temporada con una solitaria mancha (Cedevita) y rebosante de noticias positivas.

El Murcia, un aspirante para la magna cita gallega, acabó magullado y desfigurado ante la solvencia local. Se gustó un Laboral Kutxa enrabietado y con ganas de dar carpetazo a su mala última semana. Fue un triunfo inapelable y de esos que revelan el hambre de un colectivo. A excepción del castigado James y Planinic, eliminado antes de tiempo por una mezcla de ingenuidad propia y el delirante criterio arbitral, la tarde-noche resultó altamente productiva para la autoestima alavesa. No hubo un conato de insurgencia por parte del Murcia, decepcionante e inofensivo a más no poder y del que se esperaba una mayor respuesta habida cuenta de su interesante colección de nombres. Poco importó que la expedición azulgrana retornara a Vitoria de tierras croatas bien entrada la tarde del sábado. El desequilibrio de fuerzas fue de tal calibre que Perasovic se permitió incluso el lujo de dosificar a los hombres más saturados de minutos.

Fue el vitoriano un conjunto demoledor a la carrera al que un forastero inofensivo no pudo aplicar los grilletes. La vida es más fácil para este Baskonia cuando aprieta las clavijas en defensa, cierra el rebote y sus velocistas salen en transición. Una ecuación sencilla que los entrenadores diseñan en la pizarra hasta la saciedad pero que no siempre se puede llevar a cabo si emerge un rival disciplinado y con rigor táctico. El Murcia no lo fue. Katsikaris había alertado antes del salto inicial acerca del peligro que entrañan las oleadas azulgranas, pero sus apáticos pupilos se vieron desbordados constantemente. El boquete abierto en los albores del duelo resultó fundamental para que los alaveses adquirieran confianza y disiparan las posibles dudas en el ambiente tras los últimos tropiezos a domicilio.

La cordura de Causeur Más allá de algún brote de indivualismo a cargo de James y Adams, pitado incluso por un sector de la grada tras un tiro a destiempo, el Laboral Kutxa apenas titubeó con su defectuoso cierre de su tablero. El ingreso de Augusto Lima posibilitó sin grandes réditos segundas opciones de tiro para los pimentoneros. Por lo demás, decepcionó en varias fases un aspirante a ingresar en la zona media-alta de la tabla como el Murcia, sostenido a duras penas por los chispazos de calidad de Campazzo en la dirección y la muñeca del veterano Kelati. Con un ínfimo porcentaje desde el 6,75, sus posibilidades se esfumaron desde un principio.

En un partido de constantes interrupciones y donde el arbitraje adquirió un protagonismo innecesario, el Laboral Kutxa se amparó en un buen trabajo colectivo para amasar cómodas rentas. Apenas le incomodó un visitante de nombres lustrosos pero incapaz de instalar un campo de minas que redujera la voracidad local. El aliento de su sexto jugador siempre concede un plus en todas las facetas y el visitante de turno deberá hilar muy fino para profanar el Buesa Arena en la presente temporada. Tan solo levantó algo el pie del acelerador el Baskonia en una insípida recta final, destinada para el tibio maquillaje levantino.

Dentro del notable nivel colectivo, aparecieron individualidades de peso que hicieron la vida imposible al Murcia. La inteligencia y la cordura de Causeur para acudir constantemente al tiro libre, la incansable munición de Adams con un visitante entregado, la hegemonía interior de Bourousis o las eléctricas carreras de Hanga ayudaron a rubricar la impotencia de los pimentoneros. En definitiva, otro paso firme hacia la Copa y un baño de confianza antes de intentar encarrilar la clasificación hacia el Top 16 de la Euroliga ante el Emporio Armani.

Sin lanzar mucho a canasta, esta vez aportó la cordura que se echó de menos en otros partidos. Leyó perfectamente el juego y supo acudir a la línea de personal con asiduidad.