Fuenlabrada - El de ayer no fue, posiblemente, el mejor día para sacar conclusiones del recién llegado Scotty Hopson, desubicado, pendiente de acoplamiento y con apenas tres entrenamientos en el Buesa Arena tras su llegada a primeros de semana en lugar del lesionado Davis Bertans. El rendimiento del americano estuvo en consonancia con el del Baskonia: gris, errático y tibio a más no poder atrás. Incluido por Ibon Navarro en el cinco inicial, vivió un calvario en el marcaje con la más fea. Pese a que durante su presentación como nuevo jugador azulgrana prometió el viernes un arduo esfuerzo para morder en defensa y complacer así a Ibon Navarro, un clásico de la ACB como Andy Panko le dejó en todo momento en evidencia. El ex del Efes no tardó en cargarse de faltas y siempre llegó un segundo tarde a la hora de contener las mágicas suspensiones del veterano nacido en Harrisburg.

Si en labores de contención fue un coladero, tampoco hubo rastro del virtuosismo y explosividad con que llega precedido al Buesa Arena en la ofensiva. En apenas dieciseis minutos, Hopson evidenció que su química con los compañeros aún no es la ideal y que deberá ganarse la confianza de unos bases que, por otra parte, acaparan buena parte del protagonismo en los sistemas de Ibon Navarro. Apenas recibió balones francos, no gozó de situaciones favorables para demostrar su mortífero uno contra uno y su única canasta se produjo en los minutos de la basura tras un centelleante costa a costa que parece una de sus mejores virtudes. En definitiva, mucho margen de mejora para un exterior que, si bien no es un tirador compulsivo como Bertans, deberá brindar un salto de calidad al Baskonia en otras facetas.