tuvo que ser en su Valladolid natal y al calor de los suyos donde el pulmón del Baskonia volviese en sí para rememorar sus jornadas más gloriosas como integrante azulgrana. Fernando San Emeterio lleva excesivo tiempo en el ojo del huracán y siendo mirado con lupa por todos. Técnicos, directivos e incluso aficionados, que no escatimaron los pitos en el partido de infausto recuerdo ante el Estrella Roja, desconfían de un jugador guerrillero y sacrificado que nunca ha sido una estrella, pero cobra como tal desde aquel inolvidable escorzo ante el Barcelona que posibilitó la tercera Liga ACB de la historia y su consiguiente renovación hasta 2015.
Su millonario contrato se ha convertido desde hace tiempo en un problema mayúsculo para Josean Querejeta, que el pasado verano le abrió la puerta de salida por segunda vez desde que aterrizase en el Fernando Buesa Arena en el verano de 2008. La falta de pretendientes, incapaces de hacer frente a los muchos ceros existentes en su vínculo, le retuvo finalmente en Vitoria trastocando así todos los planes de un Laboral Kutxa que había diseñado la actual temporada sin contar con sus servicios y se topó, a la postre, con una saturación de aleros en su plantilla. Su continuidad obligó, entre otras cosas, a Scariolo a reciclar a Nocioni al puesto de ala-pívot para hacer hueco a Hanga.
En los últimos tiempos, su farragoso conflicto con el club le ha dejado en una delicada situación después de sus sonadas negativas a reducirse los emolumentos que tiene firmados. Si a ello se suma que su rendimiento ha estado presidido por las sombras, en consonancia con el de todos sus compañeros, queda justificado el descontento de las personas que rigen los destinos de la entidad vitoriana. Sin embargo, el pasado domingo recobró su esplendor en el Polideportivo Pisuerga, el lugar donde dio sus primeros pasos como profesional en la ACB. Acabó con dobles figuras (15 puntos y 11 rebotes) y una valoración general de treinta, algo que no conseguía desde el 30 de diciembre del año pasado. En aquella ocasión, aprovechó la visita del Fuenlabrada para rubricar otra actuación digna de elogio, coronada con 20 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 3 robos.
Coincidiendo con la trascendental cita del jueves ante el Lokomotiv, San Emeterio quiere prolongar las buenas sensaciones que dejó en Valladolid. "El dedo no me ha molestado nunca. Ojalá pueda seguir así. Le doy el valor necesario al partido sin caer en ninguna euforia", reconoció ayer el internacional de la selección española, que a las puertas de cumplir las 30 primaveras pretende seguir siendo un elemento útil para Scariolo.