FUENLABRADA Pérez (9), Feldeine (17), Mejeris (8), Diagne (5), Vega (3) -cinco inicial-, Panko (16), Montáñez (9), Sanz (3), Laso (2), Moungoro (4) y Smith (5).

LABORAL KUTXA Hodge (12), Jelinek (15), Causeur (11), Nocioni (15), Pleiss (15) -cinco inicial-, Van Oostrum (5), Bordignon, Hamilton (9), Videnov (2), y Martínez.

Parciales 20-11, 19-17, 20-24, 22-32.

Árbitros Planells, Fernández y Pérez Pizarro. Eliminaron por faltas a Jelinek, Hodge, Pérez y Panko.

Pabellón Juan de la Cierva de Getafe, ante unos 350 espectadores.

getafe. El nuevo Laboral Kutxa sumó ayer la primera muesca a su cinturón, una victoria que no vale de mucho pero que concede algo de oxígeno a un proyecto que aún se encuentra en el horno y que presumiblemente requerirá de algunas semanas más de duro trabajo para que solidifique. El equipo baskonista se impuso en un partido atractivo y muy intenso para estas alturas del curso a un Fuenlabrada corajudo y orgulloso que vendió muy cara su piel, sobre todo tras un inicio que dibujaba un panorama bien distinto.

Arrancó el cuadro azulgrana algo frío, presa de la ausencia de conexiones y complicidades propia de estas fechas, y pagó la repentina desaparición de Hodge, que se cargó con dos faltas en minuto y medio y cedió su plaza en la dirección a un Van Oostrum ansioso por sacudirse el mal sabor del sábado. Algo que por cierto consiguió. El Fuenlabrada, con un quinteto plagado de jugadores que ya vestían esta camiseta el pasado curso, sacó mucha ventaja a las dudas que mostraba el equipo vitoriano. Y a sus pérdidas de balón (7 en los primeros 10 minutos), para alcanzar una renta que sembró aún más dudas entre los pupilos de Scariolo. El técnico lombardo, sin embargo, no las tenía en absoluto. Contaba con un plan y lo ejecutó.

El preparador transalpino, huérfano de algunas piezas importantes como Heurtel, San Emeterio, Hanga o Mainoldi, sabe que puede aprovechar estos bolos veraniegos para poner meter en dinámica a todos los componentes del plantel. Así que, por un lado, concedió protagonismo a unos jóvenes -Van Oostrum, Martínez, Bordignon- que pueden ser el futuro o, si fuera preciso, el presente, y por el otro colocó galones sobre los hombros de otras piezas más consolidadas pero hasta ahora secundarias. David Jelinek captó el mensaje y se convirtió en el principal sostén ofensivo del equipo, junto a Tibor Pleiss, en una primera mitad que se cerraba con una cómoda renta para el combinado madrileño (39-28).

La falta de respuesta ofensiva, quizá el principal achaque del equipo azulgrana en la primera mitad del choque, se vio agravada nada más arrancar el tercer cuarto. Jelinek, tan descarado en ataque como superado en defensa, cometió la cuarta falta personal con casi 19 minutos por jugarse y el Baskonia parecía llamado a atascarse hasta que Hamilton tomó las riendas. El poste neoyorquino está siendo la mejor noticia en estos primeros ensayos estivales. Un triple y una gran defensa que permitió un contragolpe fácil de Causeur ajustaron el marcador (44-42). Con un quinteto muy similar a lo que se verá cuando se inaugure la temporada oficial, salvo por la presencia de Videnov, el Laboral Kutxa cuajó unos minutos bastante serios. Defensa muy intensa y transiciones rápidas bastaron para sacar a relucir las costuras de un Fuenlabrada que, sin embargo, se apoyó en la insultante facilidad anotadora de James Feldeine para conservar sus ventajas.

Dos bases Scariolo buscó una argucia táctica en el banquillo para sorprender a Chus Mateo y consiguió darle la vuelta a la tortilla. El italiano tiró de un recurso que da la impresión será habitual durante la próxima campaña: puso dos bases en cancha y colocó a Hodge, más liberado de sus funciones de creación, como escolta. El puertorriqueño hizo gala de su talento y se asoció con Jelinek para, con once puntos entre ambos, situar al equipo vitoriano por primera vez con ventaja en el partido (59-60), nada más comenzado el último periodo.

Al Fuenlabrada se le habían fundido las luces en ataque. Un parcial abierto de 0-16, rematado con un triple de Nocioni (59-66), ofrecía la impresión de que iba a llegar un epílogo plácido para el cuadro azulgrana. Sin embargo, los fuenlabreños tiraron de casta y bien dirigidos por un joven pero prometedor Dani Pérez se encomendaron a la veteranía de Panko y a la promiscuidad de Feldeine para ajustar el electrónico en los instantes finales.

Entonces salieron a relucir los galones de Nocioni, la solidez de Hamilton bajo los aros y las piernas de Causeur para amarrar una ventaja que permitió sumar la primera victoria de una pretemporada que se observa con lupa. El resultado, en estos partidos, es seguramente lo de menos. Pero al nuevo proyecto de Scariolo le hacen falta más testimonios de capacidad de los habituales para sacudir las dudas que enturbian el entorno y resucitar la fe de una afición que desea creer e ilusionarse.