Frío como el hielo, caliente como el fuego
Lastrado por una temporada en la que su tobillo ha sido su peor enemigo, Brad Oleson parece haber recuperado su tono. Él solo dinamitó el partido con un increíble arreón en el último cuarto en el que anotó siete puntos que encarrilaron el triunfo baskonista.
cada una de sus canastas trajo consigo un gesto de rabia. Puño cerrado, dientes apretados. En el banquillo visitante, sentado mientras reflexionaba y levantado mientras gritaba, el hombre que no confió en él para su plantilla de galácticos le observaba casi sin torcer el gesto. Pero resulta complicado pensar que Brad Oleson, siempre educado y correcto como recién salido de Oxford, albergara un ápice de rencor hacia Ettore Messina, que prefirió utilizarlo como moneda de cambio en una operación que dio con los huesos de Pablo Prigioni y Sergi Vidal -quién le ha visto y quién le ve- en Vistalegre.
Listo como él solo, el jugador nacido en la gélida North Pole asomó la cabeza en un último cuarto impecable. Saltó al parqué del Buesa Arena en el minuto 32 con cuatro puntos en su mochila. Desgastado por su extenuante defensa mano a mano con Louis Bullock -el madridista se quedó en diez puntos, con uno de ocho en triples-, Oleson parecía dispuesto a continuar trabajando en favor del equipo en lugar de su propio beneficio. Pero, inteligente y calculador, el escolta procedente de Alaska supo aunar las dos cosas. Cuando el partido se mantenía igualado y su equipo más ansiaba sus canastas, Oleson respondió.
Para empezar, anotó un triple con el que inició un paréntesis atacante que elevó la temperatura azulgrana a nivel de ebullición. Sus tres puntos colocaron un 54-51 en el electrónico que sirvió para inyectar una sobredosis de ánimo a sus compañeros. Después, dos rebotes defensivos consecutivos -tras sendos triples errados por Bullock y Prigioni- le destaparon como el segundo máximo reboteador del partido con siete capturas -por detrás de los nueve de Splitter e igualado con Felipe Reyes-. Finalmente, el Caja Laboral enfiló el camino hacia el primer triunfo de estas semifinales con otras dos canastas (56-56 y 58-56) que cayeron como un mazazo en el conjunto que dirige Ettore Messina. Lastrado por las lesiones durante toda la temporada, el escolta que surgió del frío empieza a recuperar su talento.