vitoria. "Merecíamos jugar un quinto partido. Los árbitros no han medido a los dos equipos por el mismo rasero. Merecíamos ganar y jugar el quinto". La rabia contenida que mostraba Marcelinho Huertas al término del encuentro reflejaba la sensación de impotencia que se apoderó del vestuario baskonista tras la eliminación europea.

El base brasileño, como la mayor parte de sus compañeros de cambio, lamentaba la ocasión perdida y censuraba la labor de los colegiados, que no mostraron el mismo rasero en una y otra canasta. En concreto, hubo una jugada que incrementó la sensación general de mala actuación arbitral en un encuentro que el Baskonia no supo matar. Fue un lanzamiento triple de Brad Oleson a falta de segundos para el final. El escolta de Alaska recibió el contacto de Langdon en el brazo y los árbitros no señalaron nada, cuando apenas un minuto antes, con los mismos protagonistas pero en el otro lado de la pista sí lo habían hecho. "Estoy muy dolido por la actuación de los árbitros. Creo que no nos han ayudado en ningún momento", añadía Tiago Splitter.

"Si el árbitro hubiera pitado, habría sido otro partido. Como no lo ha pitado, no ha sido falta", respondió Dusko Ivanovic en la sala de prensa cuando se le cuestionó sobre esta jugada en cuestión. El técnico montenegrino, un tanto molesto con el rendimiento que ofreció su propio equipo cuando el encuentro alcanzó los momentos decisivos con igualdad en el electrónico, quiso restar presión a sus pupilos. "Hay algunos jugadores en este equipo que son muy jóvenes, que es la primera vez que juegan a este nivel".

Pese a todo, el propio Ivanovic aseveraba que su equipo había "merecido ganar este partido". "No hemos tenido suerte. Después de empezar muy mal, hemos reaccionado. Luego, la genialidad de Holden, o nuestra mala defensa, han sido decisivos", desmenuzó el entrenador del Baskonia, para quien "no podemos estar contentos por la imagen del equipo porque el objetivo de este club es estar siempre en la Final Four".