Vitoria. Cara y cruz sobre los lesionados. Luz verde para la vuelta de Barac. Con Splitter, en cambio, la paciencia se antoja la mejor receta. De no surgir imprevistos de última hora, el Caja Laboral podrá recuperar al menos a uno de sus dos techos para recibir mañana en el Buesa Arena al Khimki en lo que, presumiblemente, será el partido más importante de la presente edición continental. Una cita a vida o muerte donde no sólo vale ganar, sino a poder ser hacerlo por una renta considerable para acercar el billete hacia los cuartos de final de la Euroliga.
Así lo certificaron ayer por la mañana ambos protagonistas a la conclusión de la sesión de pesas. El croata se declaró apto, si bien sentía cierta incertidumbre por ver cómo respondería en el entrenamiento vespertino justo tras cumplirse su tercera semana de baja como consecuencia de la fractura de estrés en un dedo del pie izquierdo. "Pienso que ya estoy para jugar. Hasta ahora, no he entrenado nada. Veremos lo que ocurre", chapurreó en un español que todavía domina con numerosas dificultades.
Mucho más rotundo se mostró el brasileño, cuyo pesimismo salió a relucir rápidamente al ser interrogado sobre si estaría en condiciones de vestirse de corto ante los rusos o, en su defecto, este domingo ante el Power Electronics Valencia. "Sigo con dolores, algo normal por lo que dijeron los médicos. El tobillo sigue inflamado y debo ir día a día. He mejorado en los últimos días, aunque todavía no estoy bien. No puedo jugar porque el dolor es aún fuerte", reiteró.
la copa, en el horizonte El de Joinville, auténtico icono del Baskonia, evitó "poner fecha" a un regreso que se espera como agua de mayo para mitigar el enorme socavón en una zona azulgrana huérfana de centímetros y músculo. Tampoco existen excesivos motivos para la alarma dado que el parte médico emitido en su día por el club ya le tachaba para el doble compromiso de esta semana y vaticinaba "dos semanas" de recuperación para que su contusión ósea en el tobillo izquierdo pasase a la historia.
La opción más segura es que Splitter reaparezca con motivo de la inminente fase final de la Copa del Rey, que en el caso del equipo vitoriano arrancará el viernes día 19 ante el Bizkaia Bilbao Basket. "Ni yo mismo sé cuándo podré jugar. Ojalá pudiera estar el domingo, pero ya veré", explicó el carioca.
La probable vuelta de Barac supondrá un pequeño alivio ante un Khimki con amenazas latentes en la pintura. A diferencia del Cibona y el Xacobeo, que extrajeron escasos réditos a las sensibles bajas de Ivanovic, los rusos cuentan con dos fornidas torres como Javtokas y Mozgov, sin obviar a un excelente reboteador ofensivo como Jankunas.