Los centros escolares vuelven a abrir sus puertas a un nuevo curso escolar prácticamente con las mismas restricciones y medidas sanitarias anticovid que los dos anteriores y lejos de la ansiada normalidad para la comunidad educativa.

Tampoco difieren tanto las carencias y retos a los que se enfrenta la escuela pública, incluso se vislumbran nuevas necesidades educativas, como apunta la presidenta de Denon Eskola, Lurdes Errasti. Por ejemplo, la federación de asociaciones de padres y madres de las escuelas alavesas considera que con la pandemia se han acrecentado las carencias en materia de euskera. También que han surgido otras necesidades en el ámbito de las nuevas tecnologías, así como la urgencia de abordar en los centros las consecuencias que el covid ha tenido y tiene en la salud mental y física de los escolares.

Nuevo curso, mismas mascarillas. ¿Qué esperan las familias de la vuelta a las aulas?

-Esperamos volver a la normalidad al cien por cien y olvidarnos de que existió esta pandemia. Ya hemos aprendido que vamos a tener que ser prudentes y prevenidos por el riesgo a contraer el covid de nuestras criaturas y de todas las personas de su entorno, sobre todo, las mayores, que son las más vulnerables.

Pues, seguimos lejos de la tan ansiada normalidad.

-Sí, pero es a lo que aspiramos, a que los niños vuelvan a salir a la calle con sus abuelos sin que los mayores tengan que estar asustados porque se van a juntar con unos u otros, y con miedo, no hay nada peor para una sociedad que vivir con miedo. Nuestros hijos e hijas tienen que aprender a vivir con lo que tenemos, con el virus, pero sin tener que estar constreñidos, tienen que poder disfrutar, recuperar la vida en sociedad que teníamos antes de la pandemia porque, ahora, el problema es que sólo pueden jugar y relacionarse con los niños de su clase.

Al menos, este curso se retoman las actividades extraescolares.

-Bueno, lo que se va a poder hacer es deporte, retomar las competiciones. El problema de las extraescolares es que se realizan dentro de los centros y, claro, todavía seguimos con los grupos burbuja y las familias aún no tenemos claro cuántos alumnos los componen. Las asociaciones de padres y madres organizamos actividades complementarias al centro, fuera de las horas lectivas, el curso pasado hubo un montón de impedimentos porque los colegios se blindaron sin permitir la entrada de personal de fuera, lo que nos dificultó mucho nuestra labor y así no podemos seguir.

Continúan los impedimentos.

-Las actividades extraescolares cuestan dinero, hay que pagar a profesionales del teatro, balonmano, baloncesto, cerámica... y esa factura la abonamos desde las AMPA. No digo que tengan que ser rentables, pero sí al menos que podamos cubrir gastos, y para eso necesitamos un mínimo de siete u ocho niños. A pesar de las dificultades, hay asociaciones que decidieron seguir adelante con la programación, pero no podemos olvidar que somos padres y madres, voluntarios, y no nos podemos permitir que las extraescolares nos cuesten dinero, y en eso estamos.

Y a Educación, ¿qué le reclama Denon Eskola?

-Que se siga esforzando, que aborde la cuestión de la salud mental de nuestros niños, que es fundamental; todo lo que conlleva el proceso de volver a socializar con normalidad con escolares de otras aulas.... Pensamos que ahí también pueden servir de ayuda los patios y la actividades extraescolares. Además, con todo lo que ha pasado con el covid también hemos comprobado cómo se han acrecentado nuestras carencias en materia de euskera.

Retroceso en euskera, dice.

-Sí, la poca interrelación que ha habido entre las personas ha hecho que el euskera retroceda en nuestro día a día.

Alguna otra necesidad.

-Otro de nuestros handicap es afianzar de forma correcta el uso de las nuevas tecnologías, el curso pasado se puso el acento en que todo el alumnado dispusiera de las herramientas necesarias para poder seguir las clases de forma online, y está bien, pero no basta con proporcionar ordenadores para saber manejarse en Internet, porque lo importante también son los contenidos, qué es lo que se trabaja y cómo se trabaja; si todo el esfuerzo se hace simplemente para que en lugar de llevar un libro lleven un ordenador, no sirve, hay que hacer una reflexión más profunda sobre las pedagogías que utilizamos y las formas de enseñar a nuestros hijos. Y, en el otro lado de la balanza, ¿qué está dispuesta a ofrecer Denon Eskola al sistema de enseñanza pública?

-En Denon Eskola estamos totalmente abiertas, precisamente la filosofía de las asociaciones de padres y madres de la escuela pública es ésa, complementar y participar porque nos creemos que somos parte de la comunidad educativa y, por eso, estamos dispuestas a colaborar, a plantear retos, a que los centros nos digan que hace falta organizar tal o cual actividad, a crear lazos...

Volcadas también están las familias en la transformación de los patios escolares.

-Sí, creemos que hay que repensar los patios escolares, convertirlos en espacios sociales, abiertos a todo el alumnado, no sólo a los que hacen deporte porque el patio es de todos. También queremos hacer hincapié desde Denon Eskola en el tema de la coeducación para que nuestras criaturas sean educadas con pluralidad, para que las mujeres tengamos el papel que debemos y que nos merecemos, más aún teniendo en cuenta que en las AMPA somos casi todas mujeres. E igualmente nos preocupa el problema de la segregación.

¿Por qué les preocupa?

-Porque se tiene que abordar ya de forma clara y valiente, no puede haber diferencia entre unas escuelas y otras, los centros escolares tienen que formar a ciudadanos libres e igualitarios en derechos y deberes y para eso no puede haber colegios de primera y colegios de segunda. Sin duda, hay que trabajar en ello, sin que suponga una merma de derechos para los profesionales de la enseñanza y sin que la escuela pública pierda en calidad, que no es mala a día de hoy, pero tiene que seguir siendo puntera; tenemos que exigir calidad en la enseñanza pública. En definitiva, en todo lo que sea afrontar los nuevos retos que nos vayan llegando, ahí nos van a tener a las asociaciones de padres y madres, unas veces a favor y otras en contra, pero siempre razonando y con argumentos.

Pues si hay un reto que afrontar, parece que es el de la baja natalidad, ¿no cree?

-Hombre, es preocupante, sobre todo, si pensamos que a lo largo de los últimos años, los colegios se han planteado como mega centros, se han construido para dar una solución inmediata a un aumento repentino de la natalidad en un barrio concreto pero, aun así, tenemos que tener siempre presente que la enseñanza pública tiene que ser de calidad. Es más, utópicamente, a mí personalmente, me gustaría que fuese casi personalizada para cada alumno.

Uf...

-Ya sé que es muy difícil, lo entiendo, pero también soy consciente de que, como ciudadanos, tenemos necesidades: igual hoy precisamos que se construya un colegio nuevo en un barrio determinado, para no tener que desplazarnos a otro, pues hay que edificarlo; si a los quince o veinte años ya está amortizado y se queda vacío porque no hay niños... Quizá lo que hay que hacer es plantear el sistema educativo a más a largo plazo y no a salto de mata. En cualquier caso, ahora no nos podemos rasgar las vestiduras por lo que va a venir después, porque si no lo hemos pensado hasta ahora, ya poco podemos hacer. Todavía hay centros escolares que se construyeron en los años 70 y 80 del siglo pasado con el boom de la natalidad y siguen funcionando, igual hay que cerrarlos y en lugar de plantear macro centros escolares, tenemos que empezar a pensar en escuelas txikia, de tamaño más reducido y donde realmente los profesores se conozcan todos y conozcan a todo el alumnado, desde los niveles más altos a los más bajos. Es otra manera de repensar los centros escolares, y también es interesante.

"Quizá lo que tenemos que hacer es replantearnos el sistema educativo a más a largo plazo, en lugar de ir a salto de mata"

"La poca interrelación personal que ha habido con la pandemia ha hecho que el euskera retroceda en nuestro día a día"