Una experiencia llevada a cabo por jóvenes de Navaridas puede abrir las puertas a la creación de una marca de vermut que represente a la localidad. Ellos hicieron fácil lo que suponía un reto importante. Y para ello contaron con el vino de Navaridas, las hierbas locales adecuadas, la implicación en unas catas de los vecinos y el empuje municipal y asociativo. Todo empezó de una forma casual. Un joven, hijo de un bodeguero, que elabora un vermut por realizar un experimento, un padre que lo prueba y un comentario en la calle en una charla informal con el alcalde.

La idea gustó y tanto el primer representante municipal, Miguel Ángel Fernández, como miembros de la asociación cultural El Cerrillo, retan al elaborador de ese vermut y a los jóvenes del pueblo a que preparen una muestra que pueda ser valorada por la gente, dejando abierta la puerta para que el resultado pueda servir como un vermut institucional o como algo de mayor trascendencia. Se ponen a trabajar. Es un pequeño grupo integrado por el hijo del bodeguero, Aner Viñegra; una experta en plantas especializada en gestión de aromas, Eli Díez, que reside en Páganos; y un amigo de ambos, Pablo Calleja.

Eli Díez fue la botánica, la responsable de seleccionar la gran variedad de plantas y especias que necesita un vermut, máxime cuando el objetivo era prepararlo de varias formas para que la cata tuviera un mayor rigor. “Hubo que diseñar una pirámide degustativa para seleccionar las plantas y especias que se necesitaban teniendo en cuenta, por una parte, la duración e intensidad, pero también el equilibrio, porque algunas son muy potentes y, sobre todo, su seguridad”, cuenta Eli.

Variedad de vermuts

Así, poco a poco, se fueron creando las variedades que querían llevar a la cata. Con entre los 9 y los 20 componentes fueron saliendo dos vermuts tintos y otros dos blancos y de estos, variedades dulce, amargo y semiseco. Y hasta una variedad medieval. Comentan que esta llamó mucho la atención, porque fue preparada como se hacían en la Edad Media los vinos medicinales, utilizando plantas del entorno. En este caso fueron romero, manzanilla amarga, tomillo, espliego y saúco, entre otros.

Aner Viñegra y Pablo Calleja se encargaron de la localización del vino, tanto de la bodega del padre del primero como de otros bodegueros que quisieron colaborar en el proyecto de crear el vermut de Navaridas. Y el Ayuntamiento, directamente el alcalde, corrió con los gastos de las numerosas especias que se compraron y del alcohol para las maceraciones, además de acompañarles en las gestiones que se hicieron previas a las catas.

En este tema Aner Viñegra partía con buenos conocimientos, ya que está estudiando enología y viticultura en Logroño, trabaja en la bodega de su padre y ya le ha tocado preparar diversas bebidas en clase. Pablo, por su parte, ya tiene experiencia en catas y entre los dos llevaron el peso de las que se realizaron en el frontón municipal con varios grupos de personas.

La verdad es que la idea encantó a la gente, y un total de 54 personas se inscribieron en las insólitas catas, ya que por cuestiones de seguridad se recortaron mucho los aforos para que no surgieran problemas con el covid.

Elaboración artesanal

En los dos fines de semana que se llevaron a cabo se cataron un total de seis vermuts, además de un séptimo, el medieval, elaborados artesanalmente y, al decir de la gente que participó, dos de ellos, un vermut blanco dulce de Navaridas y vermut tinto Navaridas son los que eligieron los vecinos como vermuts representativos del pueblo. La cuestión es que tanto los participantes como el Ayuntamiento y la asociación El Cerrillo están valorando la posibilidad de que fruto de la experiencia se pueda consolidar la idea de poner en marcha una línea de elaboración y comercialización de estos vermuts.

De momento, el Ayuntamiento baraja la posibilidad de encargar una partida que sirva como obsequio institucional y como muestra del carácter innovador de los jóvenes de la localidad. Todo empezó cuando el hijo de un bodeguero elaboró un vermut, este lo probó e hizo un comentario en la calle en una charla con el alcalde