sta misma semana, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, Luis Planas, se reunía con los representantes autonómicos para aprobar, sin éxito, los “parámetros fundamentales” del Plan Estratégico que debe concretar la aplicación de la nueva Política Agrícola Común recién aprobada en Europa para el periodo 2023-2027, y que establece importantes novedades en relación al reparto de las ayudas (390.000 millones en toda la Unión, 47.000 en España) entre los agricultores y ganaderos. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha contactado con Javier Torre, presidente del sindicato agroganadero UAGA para testar el sentir de un sector que recibió las noticias de Bruselas con incertidumbre.

Una de las principales novedades de la nueva PAC son los ecoesquemas, en virtud de los cuales el 25% de los pagos directos a los productores subvencionarán prácticas agrícolas y ganaderas que tengan un impacto lo más beneficioso posible para el clima y el medio ambiente. Los ecoesquemas serán voluntarios y habrá un periodo de aprendizaje de dos años, en el que el porcentaje mencionado se podrá limitar al 20%.

“Los ecoesquemas en sí no están mal, el problema es cómo lo van a materializar, porque queda en el aire cómo se van a pagar, si son ayudas acumulativas. Igual alguien puede acogerse a varias, otro a ninguna y pierde la PAC en un 25%, aunque creemos que todo el mundo va a poder entrar de alguna manera”, señalaba Torre antes de la presentación del miércoles, y a la espera de conocer “la letra pequeña, que es lo que nos puede hundir o salvar”. Así, en Álava hay “muchos recelos” ante el peligro de que el dinero de los ecoesquemas acabe en manos de “cazadores de subvenciones”.

De momento, “lo que se oye en los corrillos no nos gusta”, afirmaba el portavoz de UAGA, que en todo caso apuesta por una estrategia diferenciada por comunidades autónomas porque, de ese modo, “sería más fácil adaptar los ecoesquemas al País Vasco”. La clave, por tanto, es el Plan Estratégico que España debe presentar a Bruselas para el 31 de diciembre, y que concretará la forma en que se repartirán los fondos.

Otro aspecto destacable de la nueva PAC es la relevancia otorgada a la dimensión social. Así, se establece desde 2023 con carácter voluntario y desde 2025 de forma obligatoria que la concesión de ayuda a las explotaciones quedará sujeta al respeto de las normas laborales. Quien incurra en abusos quedará fuera de las ayudas.

En este aspecto, en UAGA no hay atisbo de preocupación. “Aunque se contrata a muchos trabajadores, en la Rioja Alavesa sobre todo, está todo muy regulado, se hacen contrataciones en origen, por empresas. No nos va afectar porque es lo que ya hacíamos nosotros antes, que el que trabaje tenga unas condiciones óptimas”, afirmaba Javier Torre, que en todo caso sí llamaba la atención sobre el hecho de que los salarios se actualizan, pero los ingresos de los agricultores que contratan no hacen sino mermar año tras año.

Uno de los grades dolores de cabeza del sector con respecto a las nuevas normas es la definición de pequeño agricultor que se acabe estableciendo, pues a este colectivo le corresponderá el 10% de los pagos.

“Al principio decían que los pequeños no iban a cobrar la PAC, pero hay mucha gente que es mixta y no se han atrevido a hacerlo. Ni van a contentar a unos ni a otros, se han quedado a medias”, argumentaba Torre, quien considera que de haber redistribuido ese dinero entre los agricultores profesionales se habría paliado la bajada cuantitativa de la PAC.

En la UAGA explican que los criterios para definir a esos pequeños agricultores deberían orientarse “a que la agricultura familiar subsista”, más allá del volumen de cada explotación. “No es lo mismo una explotación de viña de Rioja Alavesa, que puede tener 8 o 10 hectáreas, que una de cereal de 80 o 100, y si hablamos de Andalucía es completamente diferente. Hay que intentar que si la gente vive de la agricultura esté dentro de los parámetros de agricultura familiar para que salga adelante”, insiste Torre.

Por último, la nueva política agraria fija un nuevo nivel mínimo obligatorio de apoyo a los jóvenes agricultores, que será del 3 % de los presupuestos de los países miembros para el apoyo a la renta de la Política Agrícola Común. Para el presidente de la UAGA esta medida no deja de ser “un parche para tapar los déficit que tenemos”. Torre recordaba, en ese sentido, que “en Rioja Alavesa hubo relevo generacional cuando la uva fue rentable, y si no ese relevo no se iba a producir, porque para vivir peor, metiendo horas y horas y siendo esclavos de un tiempo cada vez más loco no compensa”.

Explotaciones. El número de explotaciones agrícolas disminuyó un 1,7% en el periodo comprendido entre 2013 y 2016 en el País Vasco, según datos del Eustat. La superficie total también disminuyó un 4,1%, y la superficie agrícola utilizada (tierras labradas y tierras para pastos permanentes) se redujo un 5,8%. En consecuencia, el ratio de superficie agrícola utilizada sobre superficie total se situaba en el 70,8% en 2016, un 1,8% menor que el de 2013. La superficie media por explotación disminuyó un 2,4%, situándose en 16,0 hectáreas por explotación, aspecto que también se manifestaba en la media de la superficie agrícola utilizada, que pasó de 11,8 a 11,4 hectáreas.

Por territorios. En Gipuzkoa aumentó la superficie total (3,7%), si bien, el número de explotaciones disminuyó un 2,1%, situándose el tamaño medio de las explotaciones en 2016 en 14,4 hectáreas, un 6,0% superior al de 2013. En Bizkaia sucedió el caso contrario, retrocedió un 0,3% la superficie total y aumentaron un 2,6% el número de explotaciones, con lo que las explotaciones agrícolas vizcaínas se redujeron a 9,1 hectáreas por explotación, las más pequeñas de la comunidad. En Álava se redujo tanto la superficie total (-11,5%), como el número de explotaciones (-9,8%), lo que hizo que el número de hectáreas medias por explotación se situé en 35,2, un 2% menos que en 2013. La superficie agrícola utilizada (SAU) cayó en los tres territorios, un 7,2% en Álava, un 5,7% en Bizkaia y un 2,9% en Gipuzkoa, provocado fundamentalmente por las caídas de los pastos permanentes.

Mujeres. Las mujeres suponen el 38,2% de los titulares de explotaciones agrícolas de la Comunidad Autónoma de Euskadi, destacando Bizkaia con el 41,4% de mujeres titulares. En 2016, el 60% de los titulares de explotaciones tenía más de 60 años.