Hace más de una década, José Miguel Reguero, actualmente miembro del IKA Euskaltegia-Zaldiaran, cambió el verde, blanco y negro de la bandera extremeña por el tricolor de la ikurriña. Hijo de padres emigrantes, al igual que otras 800.000 personas durante la segunda mitad del siglo XX, se vio obligado a abandonar el centro oeste peninsular en busca de la prosperidad en el País Vasco.

En San Sebastián, Reguero comenzó el aprendizaje de la lengua vasca mientras compaginaba sus estudios en el instituto. De forma simultánea, con las primeras nociones de euskera, inició su proceso de etnogénesis; el arraigo de las características de una comunidad étnica que la diferencia de otros colectivos.

La perspectiva de aquel adolescente se vio influenciada por la aparición de nuevos rasgos culturales, en este caso, aquellos propios de la tradición extremeña unidos a la vasca.

La construcción de una identidad propia adherida a la tradición cultural junto al proceso político de autonomía es lo que, según los antropólogos, dota a los grupos sociales del sentimiento de adhesión y pertenencia a un territorio o colectivo. Y, por ende, segmenta también a la ciudadanía de una comarca.

Integración en una sociedad bilingüe

Es el caso de Euskadi, donde las barreras creadas entre la población alavesa y las comunidades raciales que residen en el País Vasco procedentes de todo el mundo cuentan con múltiples factores. Desde la diferencia de culturas y costumbres hasta, simplemente, el idioma. ¿Cómo se puede entablar una relación con una persona con la que es imposible comunicarse más allá de la gesticulación?

Además, la riqueza que otorga al País Vasco ser una comunidad bilingüe puede resultar aún más compleja para la integración de las personas de origen extranjero en la cultura vasca. Las personas procedentes de Sudamérica cuentan con la ventaja de compartir el idioma nativo, pero muchas otras comunidades parten desde cero tanto en castellano como euskera.

A pesar de este inconveniente, las escuelas e instituciones repartidas por la comunidad autónoma ofrecen la posibilidad de una educación inicial para jóvenes y adultos que deseen utilizar la lengua vasca como puente de comunicación con la población nativa.

"Todos nuestros hijos hablan euskera, lo han aprendido en el colegio, ahora somos los mayores los que estamos aprendiéndolo", comenta Osas Aigbomiaria, representante de la Asociación de Ayuda a Personas Inmigrantes Unidad y Armonía de Gasteiz. Los niños pertenecientes a la asociación han contado desde pequeños con una educación en el idioma en los colegios y diferentes ámbitos educativos. "La educación es lo primero", añade Aigbomiaria.

"De los nuestros"

En una encuesta realizada por el Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi, en 2017 el 6,2% de la población vasca considera hablar euskera como el requisito principal para que una persona extranjera que ha llegado a la CAV deje de ser considerada inmigrante. Este dato es más notorio en la encuesta realizada a jóvenes entre 18 y 29 años, en la que el 12,3% de los interrogados considera al euskera como el factor de mayor peso para la percepción de personas extranjeras como autóctonas dentro de la población vasca.

"El hecho de que alguien hable en euskera, en cierta parte, hace que sea de los nuestros", explica Rakel Romero, jefa del Servicio de Euskera del Ayuntamiento de Vitoria. La inclusión de cursos de euskera para personas de nacionalidad extranjera, como AISA, brinda a los usuarios interesados en iniciarse en el idioma la oportunidad de realizar una primera toma de contacto.

Sin embargo, a pesar de las facilidades ofrecidas, como el precio del curso de 9 euros, o la inclusión de libros de texto dentro de la oferta, Romero reconoce que las comunidades extranjeras son "una población a la que cuesta mucho llegar".

Por su parte, Reguero, actual residente en Vitoria, apunta que estos cursos de acogida no cuentan con una "visión global" de la situación social de las personas migrantes; la coexistencia de alfabetos dispares en una misma aula o la escasa solvencia económica.

"Hace años, aquí en Vitoria, debido a un mal cribado en la inscripción de los cursos de euskera en el modelo A, había más personas de las que se podían acoger. Como consecuencia, los usuarios huyeron de los locales de integración, que no facilitaban la inclusión, para formar guetos donde cada vez quedaban más relegados de la comunidad alavesa", relata.

Acceso al aprendizaje

El pueblo vasco ha demostrado siempre una gran pasión y afecto por su lengua. "Los euskaldunes nos reconocemos a nosotros mismos por el idioma, es una historia muy identitaria", explica Romero. Por ello, no es de extrañar que el 62,8% de la población del País Vasco crea que las personas inmigrantes deberían tener acceso a la formación gratuita de euskera, según un barómetro publicado por Ikuspegi en 2020.

El Gobierno Vasco compartió la misma opinión, y puso en marcha en 2020 un plan de subvenciones para fomentar el aprendizaje de euskera. En colaboración con EUDEL, la asociación de municipios vascos, el ejecutivo autonómico otorga una devolución de matrículas en los cursos de los euskaltegis homologados en Euskadi, desde el A1, el nivel básico, hasta el C2, el más avanzado que se oferta, si se cumplen dos requisitos; un 75% de asistencia a clases y superar el examen en el mismo año en el que se matricula el alumno.

La posibilidad de unir múltiples comunidades de diferente origen y cultura en el País Vasco a través del euskera permite a personas como Aigbomiaria sentirse más cercanas a la sociedad vasca. "Para integrarnos más hay que aprender el idioma, estamos en Euskadi", apunta la joven.

Significativo impulso del euskera

Pero no todos cuentan con la misma iniciativa. Según una encuesta del Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco a personas de origen extranjero en 2014, un minúsculo 0,6% utilizaba el euskera como idioma de comunicación, en comparación al 63% del uso del castellano. Este número ha sufrido un descenso desde 2010, en el que el 1,3% de la población elegía el euskera.

En 2018, sin embargo, se ha encontrado un "significativo impulso del uso preferente del euskera", según el informe de resultados de la Encuesta de Población Inmigrante Extranjera residente en la CAV (EPIE), con un 5,9% de la población extranjera con la lengua vasca como principal idioma para comunicarse en la comunidad.

A pesar de ello, en 2018 se consiguieron las cifras más elevadas sobre el "conocimiento suficiente de euskera", según la EPIE de ese año. Un 8,7% de la población señaló que conoce el idioma "bien o muy bien", que, en comparación con 2010 (5,3%) y 2014 (4,8%), permiten pensar que el euskera está cada vez más presente en la vida de las personas extranjeras en el País Vasco.

"Mucho trabajo por delante"

De igual modo, Amaia de Miguel, coordinadora de las personas en exclusión y responsable de enseñar euskera en la asociación Bizitegi, secunda las estadísticas y asegura que, aunque queda "mucho trabajo" por delante, cada vez son más las personas que practican el euskera.

"A pesar de que el euskera no goza de la misma importancia en todo el territorio del País Vasco, cada vez se escucha más a la gente practicarlo día a día", asegura de Miguel. Un trabajo de visibilización del idioma que, para Reguero, no sólo comprende la implicación de los más jóvenes, sino también la de los adultos. "Los jubilados de otra época querían pasar el retiro descansando, ahora las nuevas generaciones, como la baby boomer, prefieren una jubilación activa y apuestan por aprender euskera", apunta el extremeño.

Subvenciones. "En el nivel A1 se devuelven 600 euros, en el A2, 800, en el B1, 900 euros, y en el B2 puede llegar hasta los mil euros", señala la directora del euskaltegi Blanca Ugarte sobre las subvenciones del Gobierno Vasco.

Euskera. Según una encuesta del Departamento de Empleo y Políticas Sociales en 2018, un 8,7% de la población señaló que conoce "bien o muy bien" el idioma, un dato que está al alza esta última década.

La jefa del Servicio de Euskera del Ayuntamiento de Gasteiz señala que el euskera tiene "una historia muy identitaria" con la población vasca.

El miembro del euskaltegi IKA de Gasteiz destaca que la visiblización del idioma no solo implica a los jóvenes, sino también a los adultos.

La coordinadora de las personas en exclusión y responsable de enseñar euskera en la asociación Bizitegi de Bilbao comenta que "aún queda mucho trabajo por delante".

12,3 %

Porcentaje de jóvenes que considera el euskera el factor más importante para la percepción de personas extranjeras como autóctonas dentro de la población vasca en 2017.

0,6 %

Porcentaje de personas extranjeras que utilizaban el euskera como idioma de comunicación principal en 2014.

1.000

La cantidad máxima proporcionada por el Gobierno Vasco para subvencionar las mátriculas en los cursos de euskera desde el A1 hasta el C2 en los euskaltegis homologados.