- Los expertos que acudieron ayer viernes a las Juntas Generales de Álava para aportar sus conocimientos a la ponencia sobre el sistema de financiación y gestión de las vías de alta capacidad, coincidieron en dos aspectos. El primero, en destacar una presencia cada vez mayor de camiones en esas vías, y por lo tanto un mayor desgaste y más costos de conservación Y, el segundo, la necesidad, que ya es tendencia en otros países, de que la financiación de la conservación de las carreteras tendrá que dejar de ser solo pública para que quien más consuma carretera, contribuya a su mantenimiento.

El primero en comparecer fue Pablo Sáez Villar, director general de ACEX (Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras), una entidad que aglutina a 34 grandes empresas dedicadas a esa actividad. Su intervención la desgranó en tres grandes bloques: el futuro de las carreteras, su gestión y la exposición de un caso de éxito en esta materia.

En cuanto al futuro, este experto habló del actual debate que existe para poder conocer cuáles serán las necesidades reales de financiación de las administraciones públicas para la conservación de las carreteras, en general y las de alta capacidad. En este sentido comentó la existencia de un trabajo de investigación realizado por la asociación donde se establece que para poder conservan en condiciones las autovías es necesario invertir cada año 80.000 euros por kilómetro; 38.000 para carreteras de intensidad media; 21.000 para carreteras zonales y 8.000 para las más pequeñas.

Refiriéndose al caso concreto de Álava y para los 1.455 kilómetros de carreteras que hay en la provincia, la asociación había calculado que son necesarios 32,2 millones de euros anuales para su correcta conservación, pero el PICA baja esa cifra hasta los 12,5 millones y se destinan 34 para construcción de vías.

Por lo tanto, esa necesidad de llegar a la cifra de conservación adecuada abre el debate de cómo financiarlo y es entonces cuando surgen las propuestas: que parte lo abonen los usuarios, algo que ya sucede en las autopistas. En el caso concreto de Álava en la AP-1 y en la AP-68, donde se aportan 9 y 20 céntimos por kilómetro y si esto se tuviera que trasladar a otras vías de alta capacidad, la aportación tendría que ser de 6 a 15 céntimos. Otra sería levantar la barrera, que se descarta porque la administración no puede financiar todo lo que se precisa, o concesionar con empresas, algo que se debe hacer antes de construir, como pasa con la AP-68.

En cuanto a la implicación de los usuarios, la reflexión que se está realizado es el paso por uso, que ya se hace en algunos países y recientemente en Gipuzkoa. Y es que la mayor inquietud que hay sobre la conservación es el importante desgaste que realizan los camiones que se ha llegado a calcular que el paso de uno de ellos es el equivalente a la circulación de 50.000 turismos.

Sáez Villar explicó cómo funciona este planteamiento en otros países: en Alemania el mantenimiento corre a cargo de las administraciones y una parte muy pequeña de aportaciones. En Francia es igual, con auditorias externas para ir conociendo el desgaste de la red. En Italia la conservación es muy deficiente. Y Reino Unido gestiona el mantenimiento con un importante consorcio que aglutina a empresas de todo tipo relacionadas con las carreteras.

En cuanto al caso de nuestro país, donde no se llega a invertir la mitad que en los países citados, afirmó que el estado de nuestras carreteras es casi mejor que el de esos lugares y lo denominó como "el milagro de la conservación" y lo achacó a dos razones especiales: una a que el sector de mantenimiento en nuestro país está muy especializado y, por otra, gracias al modelo de conservación. Pero esto no durará siempre, y de hecho calificó al conjunto de las carreteras de nuestros país como "talludita" por lo que sugirió a los junteros que integran la ponencia a estudiar la fórmula para que en los gastos de mantenimiento de carreteras entre la colaboración privad: los usuarios.

Tras él acudió el director general de AEC (Asociación Española de la Carretera), Jacobo Díaz, quien destacó en su intervención que una de las especialidades de la asociación es la evaluación de la señalítica en las carreteras de nuestro país.

Según su opinión, la señalización vertical en Álava "ha mejorado un poquito" en los últimos seis años, está bastante mejor la señalización horizontal y daba un aprobado a las barreras de seguridad. Sin embargo, tras contar que hasta no hace muchos años las carreteras navarras y las tres forales vascas eran las mejores de España, con el paso del tiempo se han quedado con una calificación que ronda el muy deficiente y normal.

Para el responsable de esta asociación el futuro de las carreteras tienen que pasar por lo que denominó la SVC: carreteras seguras, construcción verde y vías conectadas.

En cuanto a seguridad comentó las directivas europeas, la posibilidad de aplicar a las carreteras la fórmula de 2+1: dos vías en un sentido y una en el contrario, alternándose, y la mejora de túneles. En cuanto a la construcción verde señaló que el objetivo es la reducción de las emisiones y los ruidos y la creación de un banco de residuos. Y sobre las vías conectadas planteó que se tiene que mejorar la conectividad en la movilidad, el almacenamiento seguro de datos y mejores infraestructuras, con más postes repetidores y la formación de técnicos gestores de vías.

Para la financiación de todo ello sacó a colación una propuesta que se baraja en otros países: el bono de movilidad. La idea es garantizar a todos los ciudadanos la gratuidad en todas las carreteras. Pero a partir de un número de kilómetros, los grandes consumidores de carreteras, se impone un coste. A esto se suma un segundo concepto para pedir contribución y es que según el motor y las necesidades de descarbonizar el medio ambiente se aplicaría también un recibo.

A partir de ahí planteó las diferentes opciones que se barajan y terminó señalando que los déficits de las administraciones en esta materia de conservación de carreteras crecen inexorablemente, porque también crece la red de carreteras y el número de vehículos. Por ello, aunque hay varias alternativas para la financiación todo apunta a que serán los consumidores de asfalto los que tengan que contribuir cuando se logre establecer un criterio.

El director general de Acex explica las tendencias que existen en el mantenimiento de carreteras.

El director general de AEC refleja el empeoramiento que han sufrido las carreteras vascas en los últimos años debido al uso y proliferación de camiones.