- El Centro Vasco de Ciberseguridad alerta sobre diez mitos que facilitan el trabajo a los ciberdelincuentes. “Darse cuenta de que no son ciertos es el primer paso hacia una vida más segura en línea”, aconseja Asier Martínez.

1. No me puede pasar a mí. La ciudadanía tiene la percepción errónea de que los ciberdelincuentes sólo atacan a grandes compañías. La realidad indica lo contrario, los ataques se realizan de manera masiva e indiscriminada.

2. Tengo una contraseña segura, estoy seguro. Las contraseñas seguras se pueden filtrar. Es necesario cambiarlas regularmente y utilizar el doble factor de autenticación.

3. Nunca accedo a páginas inseguras, por lo que no puedo infectarme. Las webs conocidas pueden ser víctimas al mostrar anuncios de terceros infectados con malware.

4. La seguridad cuesta demasiado. Pero el impacto de sufrir un incidente es mucho mayor.

5. Mis datos no son tan importantes, no importa si he sido pirateado. El nombre de usuario y la contraseña de un correo electrónico se pueden usar con otros fines.

6. Tengo un antivirus, no necesito nada mas. Tener un antivirus no es suficiente. Hay amenazas que son capaces de evadir los sistemas de protección habituales y, en ocasiones, se ataca directamente a la credulidad de los usuarios.

7. Si mi ordenador o teléfono estuvieran infectados, lo sabría. Muchos de los ataques no muestran signos evidentes sino que buscan pasar desapercibidos.

8. Asegurar la red y los ordenadores podría no ser suficiente. Los problemas de seguridad pueden surgir por dispositivos no actualizados, credenciales por defecto o vulnerabilidades nuevas.

9. Detectaría un caso de ‘phishing’ a kilómetros. Algunos tienen un aspecto idéntico a la entidad que suplantan.

10. Ni siquiera tengo un ordenador, no puedo ser ‘hackeado.’ Se pueden hackear otros dispositivos: móviles, routers..., cualquier dispositivo conectado a Internet.