La irrupción del bus eléctrico (BEI) como un nuevo actor dentro del complicado tráfico de la capital alavesa va a suponer una revolución en todos los sentidos. La singularidad de circular a lo largo de gran parte de su itinerario por un carril segregado del resto de vehículos le va a dotar de la rapidez necesaria para cumplir las frecuencias de ocho minutos de paso. Para alcanzar esa máxima eficacia, junto al tránsito por su carril específico, el BEI va a disfrutar de prioridad en todos aquellos cruces, intersecciones y rotondas que encuentre a su paso. Esta prioridad futura es ya evidente en una gran parte de los más de diez kilómetros de recorrido del BEI con la proliferación de los soportes y estructuras de los futuros semáforos que, en muchos de los casos, están ya únicamente a falta de la conexión a la corriente para empezar a funcionar y ejercer su misión reguladora del tráfico

De un total de 61 intersecciones por las que va a pasar el BEI en esos diez kilómetros de itinerario, se van a semaforizar 14 puntos que actualmente no tienen regulación semafórica. En otras 29 de esas 61 intersecciones, se amplia el número de semáforos, para regular nuevos o distintos movimientos. Se complementa la actuación del Departamento de Movilidad y Espacio Público con la instalación de señales luminosas de advertencia de peligro, respecto a la posible llegada del BEI, en 40 lugares de tránsito de peatones, ya que el sistema de prioridad no permite pintar pasos de peatones, y se trata de lugares de elevado tránsito de personas caminando. Van a ser finalmente 43 nuevos postes o estructuras semafóricas las que van a emerger en las calles de Vitoria y entren en funcionamiento, previsiblemente, el próximo otoño cuando circule el BEI.

La superpoblación de nuevos semáforos emerge como un quebradero de cabeza más para los conductores que se topen con el BEI en su camino. Puntos del entramado urbano de Gasteiz como algunas de las más transitadas rotondas, Esmaltaciones, Rosalía de Castro, Escolapios o calle Madrid, que hasta ahora se regulaban por las normas de paso del sentido común y de la Dirección General de Tráfico, pasarán a estar regidas por el color rojo, que detendrá a los vehículos particulares, y el verde que concederá vía libre a los futuristas autobuses de 18 metros del BEI. Esto va a suponer una vuelta de tuerca más en el ya de por sí poco fluido tráfico de la capital alavesa y se cierne como una nueva amenaza a la que tendrán que hacer frente quienes se pongan al volante de un vehículo privado.

A falta de siete meses para el remate final de las obras, previsto para el mes de agosto, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha completado el recorrido del BEI para detectar la emergente población de semáforos y marcar cuáles pueden ser los puntos más calientes cuando el BEI sea una realidad en el tráfico de Gasteiz. Iniciando el recorrido en Ariznabarra, la rotonda del olivo se presenta como un punto que va a ver modificado su tránsito, mientras en la de Esmaltaciones ya hay dos táctiles que regulan el paso de peatones por su interior y hay otras tres estructuras listas para la regulación.

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En su recorrido de diez kilómetros atravesará el BEI por un total de 61 cruces o rotondas. Se van a semaforizar 14 de ellas, que carecen de esa regulación en la actualidad.

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En casi la mitad de las intersecciones se incrementan las estructuras semafóricas para regular nuevos o distintos movimientos. Además, se instalarán 40 señales luminosas en lugares de tránsito de peatones al no poder pintar pasos de cebra.