arecen proyectos casi como salidos de una película de ciencia de ficción, pero son reales y de lo más cercanos porque Álava también es en sí misma una fábrica de innovación, gracias a la cual no hace falta salir al extranjero ni siquiera traspasar los límites de este territorio histórico para sentirse orgulloso de lo que son capaces sus empresas y cooperativas para estar a la vanguardia tecnológica, con nuevos productos que aspiran a mejorar la vida de los ciudadanos. A ello contribuye cada año la convocatoria de Álava Innova, que promueve la Diputación Foral, y que en 2020 ha apoyado a 128 organizaciones alavesas. En total, la institución foral repartirá 1.817.308,80 euros, gracias también a los fondos europeos Feder, que financian el 50%.

En este sentido, la diputada de Desarrollo Económico, Pilar García de Salazar, destaca que la comisaria europea recientemente ha puesto en valor la apuesta por la innovación de Euskadi. “y Araba está alineada con esta apuesta. Sin duda, la innovación es la principal herramienta de competitividad para nuestras empresas y por ello el incremento en ayudas a la innovación en este ejercicio ha sido importante, del 20% con respecto al ejercicio anterior. Cerca de dos millones de euros en ayudas a la innovación”.

Como precisa García de Salazar, los apoyos se han dirigido a los proyectos RIS3: de fabricación avanzada, energía y biociencias, “haciendo un esfuerzo especial en los de digitalización, en línea con las directrices europeas en estos momentos difíciles por la crisis del covid. Además, estamos llevando a cabo esta apuesta junto a las propias empresas alavesas, que han decidido apostar de forma importante por la innovación y la digitalización para mantener y aumentar su competitividad en el mercado internacional”.

Una de estas empresas que ha sido reconocida en Álava Innova ha sido la de AJL Ophathalmic y, en concreto, por dos proyectos, como explica Eva Larra, su directora de asuntos regulatorios y desarrollo de nuevos productos. El primero es Dytraker para crear nuevos productos biomédicos avanzados para diagnóstico y tratamiento de queratocono y presbicia. “El queratocono es una patología de la córnea, que provoca que se vaya deformando en forma de cono. Y si no se trata, necesitas un trasplante de córnea. Para evitar ese avance del queratocono, se hace una cirugía para implantar unos anillos intracorneales, que nosotros fabricamos también en AJL. En función del queratocono, se podrá un anillo u otro, pero nosotros queremos dar un paso más allá para personalizar ese tratamiento”, detalla. Para ello, han desarrollado un software de simulación. “Hemos podido categorizar el tejido corneal enfermo, de forma que somos capaces de simular ese ojo en concreto y a la vez cómo va a poder esa córnea, si implantas un anillo u otro en un lugar u otro, de forma que damos al oftalmólogo una herramienta para saber qué es lo que más le va a convenir al paciente para conseguir los mejores resultados porque no hay dos ojos iguales y las técnicas estándar tienen sus limitaciones”. Larra asegura que ha sido todo un reto de proyecto “porque no es fácil simular cómo se comporta la córnea y menos cuando el tejido está enfermo”. Pero ahora están ya en fase de validación preclínica y la idea es ampliar su uso a la presbicia (vista cansada).

El segundo de sus proyectos es Imabi, centrado en la investigación en materiales biofuncionales para dispositivos del sector biomédico, que está consorciado con otras empresas que aplican en tres líneas. Una es la fabricación de implantes maxilofaciales; “digamos que la novedad de ese material es el polietileno, que es poroso y permite que se integre muy bien el tejido cuando te lo implantan, sin infección o rechazo, gracias a recubrimientos bioactivos”.

La segunda línea es para crear una córnea artificial, “para lo que necesitamos un material que sea muy biocompatible y eso se consigue con este tipo de biomoléculas que van a hacer que las células crezcan y que el implante se quede totalmente integrado”. Y la tercera investigación son las lentes intraoculares, para evitar que con el tiempo se vuelvan opacas y las personas vean de nuevo borroso. “Para nosotros, que somos una pyme, y como tal tenemos recursos limitados, es muy importante el apoyo de convocatorias como Álava Innova. Es esencial para continuar con el proyecto, lograr los objetivos previstos y hacerlo en plazo, ampliando así nuestra cartera de productos. En definitiva, nos supone crecimiento”, subraya Larra.

I+Med, una cooperativa de científicos que está en el parque tecnológico y que nacieron en 2014 dentro del centro de investigación Lascaray en 2014, también ha sido reconocida en Álava Innova por su proyecto Daytanta, que consiste en la fabricación de una gota oftalmológica hidratante de larga duración para mejorar la seguridad y usabilidad de la nueva lágrima artificial. Así, como explica su CEO Manu Muñoz, han conseguido que estas gotas tengan un efecto prolongado en el tiempo, tras generar biopolímeros más adhesivos que los cargamos con principios activos que se van liberando de forma prolongada y sostenida en el tiempo. “Este año decidimos meterlo en Álava Innova porque ya estaba en una fase más avanzada, pero esta innovación de momento no está en el mercado. Lo intentaremos en 2023”, especifica Muñoz, quien añade que estar en Álava Innova tiene importancia por dos vertientes: “por el reconocimiento tecnológico de nuestro proyecto y por la parte económica, que es un respaldo para nosotros, para una cooperativa como la nuestra porque nos va a permitir poder dar el salto al mercado, sin tener que depender de grandes fondos de inversión. Y además respalda así también nuestra filosofía de trabajo, de cooperativa”.

A&B Laboratorios de Biotecnología, como cuenta con orgullo Kepa Izaguirre, su director de calidad e I+D+i, también ha conseguido el reconocimiento de Álava Innova. De hecho, la semana pasada presentó dos proyectos ya finalizados a la Diputación. El primero de ellos tenía que ver con el desarrollo e implementación de un ecosistema digital comercial para mejorar su organización empresarial (mediante el trabajo en la nube, el CRM o la nueva web corporativa). “Todo esto nos ha sido muy beneficioso durante la pandemia y el confinamiento. Las visitas presenciales a clientes se cortaron de golpe, pero gracias al haber trabajo en la digitalización de nuestra organización, tuvimos herramientas para mantener esa actividad comercial. Y como somos fabricantes de desinfectantes, nos ha permitido penetrar en el mercado en estos tiempos en los que nuestros productos han sido muy demandados, gracias al haber innovado en el momento oportuno”, resalta.

Su segundo proyecto reconocido, con el que han colaborado con la red vasca de centros tecnológicos, consiste en el desarrollo de productos con nuevas funcionalidades para el ámbito industrial. En concreto, lo han conseguido con los ecosolventes, que son una alternativa a los disolventes tradicionales, pero con ventajas de sostenibilidad y de seguridad química. “Fue muy gratificante porque fuimos Premio Europeo de Medio Ambiente de Euskadi y también hemos sido finalistas con esta gama de ecosolventes en los premios de Innovación de Euskadi”, recuerda.

Y el hecho de estar seleccionados en programas como Álava Innova les supone dos cosas importantes. “Primero, que estamos alineados con las políticas de apoyo de la administración y segundo, por las subvenciones. Con estos proyectos de innovación siempre se corre un riesgo, pero gracias a estas ayudas se corre menos. Estas ayudas nos permitirán emprender nuevos retos en la misma línea de seguridad y medio ambiente que esperamos que sean tan exitosos como los anteriores y alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

UN 20% MÁS DE PRESUPUESTO

El principal cambio de Álava Innova 2020 ha venido por el refuerzo de ayudas del PlanÁ

- El principal cambio en la convocatoria de Álava Innova 2020 lo ha provocado el PlanÁ, un ambicioso plan de recuperación económica, que ha incluido entre sus medidas el refuerzo de esta convocatoria de ayudas en 300.000 euros. “Esto ha supuesto un incremento de algo más del 20% en su presupuesto, entendiendo la importancia del papel que juega la innovación para la supervivencia, sostenibilidad y el crecimiento de las empresas alavesas”, resalta la Diputación.

Estas ayudas han servido para dar impulso a diversas actuaciones de innovación, entre las que cabe destacar los proyectos de digitalización mediante, entre otras herramientas, la implantación de software industrial y de gestión, la automatización de procesos productivos, o el establecimiento de estrategias de ciberseguridad.

Fruto del interés de las empresas en la digitalización, la Diputación Foral lanzó el pasado mes de septiembre una convocatoria de ayudas para este fin.

Otra de sus actuaciones son los proyectos de desarrollo de nuevos productos y servicios en diversos sectores como el industrial, médico, farmacéutico, construcción, telecomunicaciones, alimentario, cosmético, etc. Entre ellos, cabe destacar el diseño de nuevas terapias y diagnósticos médicos; nuevos productos limpiadores, nuevos servicios de neuromarketing y nuevos sistemas de traducción automáticos.

La tercera gran línea son los proyectos de mejoras de procesos, servicios y productos, entre los que se podrían mencionar mejoras de motores de gas y de productos tubulares.

También son importantes las actuaciones encaminadas a fomentar el uso de la fabricación aditiva para la fabricación de pequeñas series de productos, para su uso en topografía industrial y para el desarrollo de nuevos productos aeronáuticos.

En este sentido también se apoyará a proyectos que tienen como objetivo el uso de la realidad virtual para la estimulación emocional en personas con deterioro cognitivo o el uso de la inteligencia artificial para el desarrollo de un asistente virtual.