l mes de agosto se ha convertido en un excepcional banco de pruebas para la iniciativa desarrollada por el gastrobar Txiki de la Plaza de Abastos y saborear las delicias de los productos tradicionales de Álava.

La inquietud comercial del equipo rector del mercado, junto a la del propietario del local, Raúl Rubio, les llevó a idear una singular promoción en la que cada cliente que adquiriera una de sus emblemáticas y sabrosas tortillas de patata, se llevara también una botella de vino de Rioja Alavesa, de la bodega Amador García, o txakoli de una de las bodegas adscritas a la denominación local Arabako Txakolina.

El balance de este mes inicial de la promoción no ha podido dejar más satisfecho al propietario del Txiki. "Han sido un total de 322 tortillas vendidas, con la correspondiente botella que cada cliente ha elegido", explica Rubio. A la hora de cuantificar las preferencias de la clientela entre el vino tinto o el txakoli, admite la paridad que ha habido entre una elección u otra con unas cifras prácticamente idénticas. Más allá de los gustos de cada uno, Raúl Rubio agradece la "buena disposición y el encaje" que ha tenido esta propuesta singular. Precisamente esa cifra de 322 tortillas despachadas en agosto "sin tener en cuenta las jornadas de los domingos, donde no abrimos", le ha llevado a mantenerla activa a lo largo del próximo otoño y hasta que comience diciembre. "No hemos hecho ningún tipo de promoción y solo con la promoción boca a boca de la clientela hemos alcanzado esa cifra", valora satisfecho.

La tortilla regada con el vino tinto de Rioja Alavesa o uno de los txakolis de la denominación territorial, es el mejor homenaje para "maridar y saborear los productos de cercanía y con origen en Álava". Las tortillas del Txiki se elaboran con patata cultivada y recogida en las menguantes producciones que aún subsisten en el territorio. También los huevos que se baten y se añaden están producidos en las granjas de Álava.

La iniciativa ha calado entre la clientela, que se ha decantado por estas tortillas y el regalo de la botella para "complemento en las meriendas o simplemente para aquellos que no se inclinan a elaborarla", concluye Rubio.