Alas cinco de la tarde no cabía ni un autobús más en el aparcamiento del polideportivo de Mendizorroza. Sin embargo, esta vez no era ningún gran acontecimiento deportivo el que atraía a las masas, sino otro, que, como ya es habitual, llena cada año las gradas del recinto. Se trata del recuento mayor que cada año hace la asociación provincial de pensionistas, jubilados y viudas de Álava las Cuatro Torres de Vitoria, con la celebración de su asamblea general, a la que no hizo falta pasar lista a ninguno de sus integrantes, dado el gentío, estimado en más de mil asistentes. Un acto que, además, contó con la presencia del diputado general de Álava, Ramiro González, acompañado de la diputada de Servicios Sociales, Marian Olabarrieta, y del alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, y de, como no podía ser menos, Antonio González, presidente, a sus 85 años, de este popular colectivo, que el año pasado cumplió 40 años con más de 300.000 socios, residentes tanto en Gasteiz como en el resto del territorio, siendo el de la capital el más numeroso de los que hay en Álava.

En un escenario especialmente montado para la ocasión, se repasaron las cuentas del año 2018 y se presentaron las actividades para este año, para finalizar con un pequeño concierto de una cantante que llegó desde Zaragoza y con el sorteo de un centenar de regalos.

Para que todo estuviera listo, durante toda la mañana la organización se puso manos a la obra para preparar todas las mesas, la megafonía y hasta el cartel, que, al comienzo del día dio un “disgusto” al presidente de las Cuatro Torres al haberse colocarlo en un costado, ya que no se podían quitar las canastas, cuando años atrás siempre se habían retirado, lo que le hacía sentir “arrinconados durante esta cita”.

Pese a este percance, al final, el guión fue según lo previsto. Así, González presentó a las autoridades, repasó los ingresos y gastos del pasado año, con un balance positivo de unos 4.000 euros en las arcas, gracias al convenio con la Diputación, porque, como dijo, “con nueve euros que paga la gente, tú me dirás”. Un acuerdo que permite actividades como risoterapia, manualidades, charlas, cursos de repostería y hasta once excursiones diferentes para las que sacan cinco autocares cada vez que salen de ruta.

Todo lo que, en general, le pueda venir bien a estos mayores de 65 años, se hace. Si bien, la que más éxito tiene es la de risoterapia, con la que demuestran que, pese a a su edad, se lo siguen pasando en grande gracias a sus cinco talleres que se llenan enseguida. De ahí que el presidente de Las Cuatro Torres esté contento ya que “la gente está colaborando como nunca”.

Las Cuatro Torres nació en plena transición fruto de un movimiento social dentro del colectivo de mayores que anhelaba desarrollar las inquietudes que durante su vida laboral activa no pudieron. Sólo siete años después de su constitución, allá por 1985, el colectivo contaba ya con siete sedes comarcales y 3.056 socios, que pasaron a ser 13 y 9.890 sólo cuatro después.