La Federación Saharaui de Deportes (FSD) es una organización sin ánimo de lucro, que colabora conjuntamente con el ministerio de Territorios Ocupados y Diáspora, y el ministerio de Juventud y Deportes de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Se fundó el 20 de diciembre 2020 con la finalidad de impulsar el reconocimiento social y educativo y fomentar el deporte en los campamentos y en la diáspora. Mohamed Daf vive en Álava desde hace muchos años, es miembro de la Federación, y hace unos días mantuvo una reunión con AFDA para dar a conocer su labor y generar sinergias.

¿Por qué surge esta Federación?

Desde hace años organizamos un torneo de fútbol anual en mayo en Madrid, que vendría a ser la Copa de la República Saharaui, donde se juntan equipos saharauis de varias provincias y donde se convive y compite durante 3 días. Ahí comenzamos a pensar que había que dar un paso más allá, llegar a más deportes y construir una federación que aglutinara a esas personas que practican el deporte y compiten. Queremos darle una oportunidad que nosotros no tuvimos a los niños/as a través del deporte.

Si hablamos de objetivos…

Son varios, pero podíamos resumirlos en promover el deporte tanto aquí como en los campamentos de refugiados, reivindicar los valores del deporte, visualizar la causa saharaui con todos los actos deportivos que hacemos e intentar impulsar la participación activa de la mujer en el deporte.

¿Cuál es vuestra situación actualmente?

Somos 22 personas distribuidas por España y Francia, hay diferentes departamentos y tenemos asentada la selección de fútbol absoluta, la selección de fútbol sub 21 y la selección de atletismo. Además, a lo largo de estos dos años hemos realizado varias actividades. Por ejemplo, la selección de fútbol absoluta jugó en Vitoria el año pasado contra el Abetxuko y fue una gran jornada. Ya hay atletas que participan en sus respectivas localidades con la camiseta de la selección y hace poco algunos estuvieron en la Media Maratón de Lebrija...

¿Cómo funcionáis?

Cuando sabemos que hay alguna persona que compite, sea del deporte que sea, nos ponemos en contacto y le hablamos de nuestra labor. Si es de fútbol, por ejemplo, le ponemos en contacto con nuestro seleccionador e igual con otros deportes. La idea es ayudarles a que sigan practicando el deporte, el que sea, donde estén y en aquello que sea posible generar una selección. Además, a través de nuestras redes sociales le damos visibilidad a estos deportistas y, allí donde vamos, visibilizamos la causa saharaui mediante el deporte y tenemos reuniones con instituciones, estamentos deportivos y clubes para presentar nuestro proyecto y abrir vías de colaboración mediante participaciones de nuestros deportistas en eventos que se organicen y aportaciones económicas.

¿En los campos de refugiados qué acciones realizáis?

El año pasado se realizó aquí una carrera virtual solidaria y, con los fondos recaudados, organizamos un evento deportivo social para personas con discapacidad allí. Un partido de baloncesto y voleibol sentado y una comida. Hace poco un chico de nuestro comité de árbitros fue para impartir un curso de formación para que vieran que esa es otra opción de formación y práctica deportiva. Además, vamos enviando material deportivo para los niños/as. Tenemos mucho material aquí almacenado porque tenemos el problema de transporte y la situación política y tenemos que hacerlo poco a poco.

¿Qué respuesta está teniendo vuestra iniciativa?

La acogida es buena tanto aquí como allí. Hemos encontrado a través del deporte un lugar de lucha, de sensibilizar sobre la causa saharaui, tapar esas carencias que nosotros hemos vivido de pequeños, formar equipos y de tener material para ello. Además, en los campos el deporte permite educar en valores como el trabajo en equipo, el compromiso, la responsabilidad, ser educado y es una buena alternativa para mantener la cabeza ocupada.

¿Tenéis alguna acción en Álava pronto?

El año pasado organizamos un torneo de futbol sala para mayores y pequeños. Formamos equipos y le dimos el nombre de ciudades ocupadas y así también se conocían. Hubo una buena convivencia entre sociedad autóctona y saharauis y este año vamos a intentar repetirlo.