Lucio Guerra lleva 9 años al frente de la Federación a la que accedió tras dejar de competir "un poco por devolverle al deporte lo que el deporte te ha dado". Para hacerlo tuvo que renunciar a sus cargos en el Club Arbe que fundó con varias personas más y con el que todavía sigue colaborando en la organización del Raid Internacional de Vitoria-Gasteiz. Sabe que esta es su última legislatura según los estatutos y ya está buscando a alguien para que tome el relevo y charlar un rato con él basta para darse cuenta de la pasión que siente por los caballos. Se bajó del caballo hace 10 años, pero todavía aprovecha su condición de juez para tocarles cuando toma pulsaciones y para estar cerca de ellos porque lo necesita.

¿Cómo llegó Lucio Guerra a la hípica?

Estando de vacaciones un año, mi hijo quiso hacer un cursillo. Le gustó tanto que al volver buscamos un club para que siguiera y el primer día cuando le llevé pensé: "Yo también quiero". Me subí al caballo y he estado muchos años subido compitiendo a nivel fuerte, fundando con otras personas el Club Hípico Arbe, corriendo con una cuadra de jeques árabes y organizando el Raid de Vitoria-Gasteiz y alguno más. Y ahora de presidente. No había nadie y tuve que dar un paso el frente.

¿Cuál es el papel de la Federación?

Las federaciones locales pintan muy poco. Son los clubes los que organizan competiciones y la Federación apoya a los clubes y les acompaña ante instituciones o donde se requiera para realizar trámites que necesiten.

¿Qué imagen ofrece la hípica alavesa?

En cuanto a números hemos pasado de tener en Álava 197 licencias de jinetes y amazonas en 2016, a 2021 con 301. Además, se da la circunstancia de que hay más amazonas. En 2021, por ejemplo, eran 235 licencias femeninas y 66 masculino. Luego estarían las licencias de caballos, que también están federados y son más porque hay mucha gente que tiene más de un caballo.

¿Es un deporte de personas adultas?

Hay de todo. En una misma prueba, sea de la disciplina que sea puede haber chavales de 16 años y señores o señoras de 60. La edad no dice nada. En 2021, para hacernos una idea, por ejemplo, en chicas, nacidas entre el 2005 y 2006 había 22, entre 2003-2004: 42 y el resto (171) antes del 2002, mayores de 20 años.

¿Y en cuanto a disciplinas, qué tenemos?

Tenemos raid, salto, doma y gente en todas ellas que tienen un nombre. En salto hay dos jinetes rompiendo a nivel nacional e internacional: Iván y Álvaro González de Zárate. En deporte adaptado está Iker Beitia y en raid una chica que está funcionando muy bien es Iratxe Ibáñez de Vitoria. En Álava, además, se organizan varias pruebas durante todo el año en todas las disciplinas. Para ello hay clubes que organizan y otros que no, pero tenemos una buena cantidad de clubes hípicos y picaderos.

¿Hay muchos técnicos/as titulados en la provincia?

Hay 13 técnicos titulados federados en Álava, de doma y de salto, sobre todo. De raid no suele haber porque la gente es más autodidacta. Estas personas dan clases, van enseñando a la gente y cuando ven que alguien empieza a tener maneras le proponen competir. Quien acepta empieza desde la promoción y tiene que irse ganando la categoría junto con el caballo participando en pruebas.

¿La necesidad de tener un caballo complica que haya mucha gente que se dedique a la hípica?

El caballo es totalmente necesario, claro, pero en los picaderos se alquilan y hay gente que también monta para otros. Hay mucha gente trabajando en el mundo del caballo y que entrena y compite con caballos que no son suyos. Por ejemplo, en el Raid de Vitoria un 30% de los caballos están compitiendo con gente de aquí, pero son de los jeques árabes.

¿Hacen falta muchas horas de entrenamiento?

En la modalidad que sea hay que acoplarse con el caballo y eso implica meter horas. El caballo es una forma de vida. Es un ser vivo al que tienes que cuidar, entrenar, preparar, viajar con él€ pero la sensación de libertad, de subirse encima de un caballo de 700 kilos y ver que te hace caso a lo que le vas diciendo es genial. Esto tiene un peligro: que engancha mucho.

¿Qué importancia tiene la condición física en este deporte?

Toda la importancia. El físico es vital. Hay que ir suelto para que no molestar al caballo, pero también tienes que estar controlando, tener fuerza y guardar la posición en los saltos, en las bajadas y subidas en un raid€ Hay mucho trabajo detrás. El animal es un atleta puro y las personas deben estar a la altura.

¿Cuidarás al caballo por encima de todas las cosas, sería una máxima de la hípica?

Totalmente. Nos regimos por unas normas internacionales y, además, es nuestro compañero, haces vida con él. Vas entrenando, estás pendiente y te preocupas tanto de tu bienestar como del suyo, no podemos anteponernos al caballo. En una prueba, además de los controles que pueden hacer al caballo, el jinete o la amazona está pendiente y a la menor duda, tiene que retirarse.

El 23 de julio habrá de nuevo Raid internacional en Vitoria-Gasteiz.

Este año llegamos a la 21ª edición, que además será Campeonato de España de Veteranos/as, Campeonato de Euskadi Absoluto y Ciclo de Caballos Jóvenes de AECCA. Es una prueba organizada por el Club Hípico Arbe que se ha hecho muy grande. El año pasado estuvimos 100 caballos en carrera con todo lo que eso implica: instalaciones para guardar caballos, marcaje, veterinarios/as, ambulancias, motos en carrera, herradores, médicos, jueces.