Ejerce de presidente de la Federación Alavesa desde 2016, renovó cargo en 2020 y tiene claro que esta debería ser su última legislatura, que en 2024 debería echarse a un lado y desde ahí ayudar a la gente nueva que tome el mando. Piensa eso desde el convencimiento de que «los 4 primeros años son ensayo-error y la segunda legislatura es para dejar la entidad donde quieres para que las nuevas ideas mejoren lo que tu junta ha conseguido».

Comenzó a los 6 años a practicar este deporte en la desaparecida piscina de la calle San Prudencio y desde entonces ha sido nadador, waterpolista, entrenador y padre de nadadores, ha estado en el Club Natación Judizmendi como nadador, en Menditxo como entrenador, ha formado parte del Club Natación Lautada y está vinculado al conjunto de natación de competición de Apdema con el que el fin de semana pasado ha estado en el Campeonato de España de natación adaptada.

Segunda legislatura en la Federación y una pandemia por medio. ¿Qué natación alavesa tenemos?

Seguimos siendo un deporte minoritario y aunque mantenemos nuestra línea hemos tenido tiempos mejores. La pandemia ha pasado bastante factura. La imposibilidad de usar las piscinas durante todo el tiempo que han estado cerradas ha hecho que muchos chavales/as se hayan desapuntado, pero tengo confianza en que las aguas volverán a su cauce.

¿Qué objetivos de los que tenía cuando tomó el mando se han conseguido?

Siempre tuvimos claro que queríamos aumentar el número de competiciones y ahora andamos por las 30, con lo cual podemos decir que lo hemos conseguido. Además, hemos recuperado las selecciones alavesas de natación y waterpolo y la formación se ha convertido en un pilar importante. Durante la pandemia sustituimos las competiciones por formación en todas las categorías: técnica, nutrición, psicológica… Al principio no tuvo la aceptación que deseamos, pero poco a poco… Nuestra idea es mantener algunas porque han ido bien. Los técnicos/as también han tenido y tienen cursos y seguimos formando, con el Colegio de árbitros, cronometradores y futuros jueces, que también son importantes. Por último, volvemos a realizar cursos de socorrismo para la obtención del título y reciclajes para los socorristas que ya lo poseen. Son varias cosas que cada una de forma individual puede no parecer relevante, pero que, en conjunto, sumando, sí lo son.

Dice que han aumentado las competiciones, ¿qué calendario maneja la Federación?

Hemos generado un 40% más de competiciones y además hemos incrementado los premios. Pusimos en marcha 2 competiciones «Nadador Completo», una al comienzo de la temporada y otra después de Semana Santa, que sirve para encontrarse y en la que se valoran otras cosas más allá de los tiempos. Además, en alevines e infantiles hemos instaurado el Campeonato de Álava, que antes no había. En escolares organizamos 7-8 competiciones de natación, 4-5 de waterpolo y 3-4 de natación artística. Y para personas federadas, en waterpolo, como compiten con la Vasca, no hacemos nada, y en artística gestionan ellos la competición y ayudamos en lo que sea necesario. En natación hay Campeonato de Álava de verano y de invierno, algunas jornadas además de las de nadador completo y también hacemos algún test de control que hacemos previo a algún campeonato de Euskadi o de España.

¿Qué volumen de personas mueve?

Federados rondan los 200 y pico y escolares unos 400, antes de la pandemia rondábamos las 800. Aunque sea el doble, necesitamos que en la base haya el triple para ir garantizando buenos niveles de participación en el resto de categorías. No es fácil porque es un deporte que implica usar mucho más tiempo, no solo de entrenamiento, que otras disciplinas. No obstante, los clubes hacen una gran labor para captar nuevas incorporaciones. Por cierto, clubes tenemos 5 de natación, uno de waterpolo y otro de natación artística.

Los clubes suelen quejarse de la falta de piscinas o los horarios para entrenar

Todos los clubs tienen problemas de espacio y, además, los horarios que mejor les vienen, coinciden con los de más afluencia de usuarios/as de las instalaciones. Hay que convivir con eso, aunque hay que darle una vuelta a la dinamización de esos espacios. Muchas veces tenemos 6 calles en la piscina, dos están ocupadas por un club con 24 niños/as y en las otras cuatro hay 8 personas. Aunque desde el Ayuntamiento se dan muchas posibilidades, creemos que se pueden hacer más cosas y estamos trabajando en ello.