Hasta hace 5 años, Aitor Gorospe no había cogido mucho los palos de golf y había salido al campo a jugar, incluso lo hicieron sus hijos antes que él. Sin embargo, su conocimiento de las actividades infantiles le llevaron a convertirse en delegado de la Federación alavesa de las categorías inferiores y comenzó su compromiso con este deporte. Reconoce que desde entonces ha mejorado su handicap y su juego, pero su progresión es más lenta de lo que esperaba, al contrario de lo que sucede con su sección, que no para de crecer. Las licencias infantiles y la afluencia de éstos a los clubes de Araba ha aumentado y las competiciones en las que pueden tomar parte también. Esta temporada, de hecho, el calendario está repleto de citas para jugadores/as de 6 a 16 años que, en esta federación, desde que salen al campo, tienen que estar federados.

Llegó a la Federación para organizar las concentraciones de invierno y las sigue realizando. ¿Señal de que van bien?

Pues la verdad es que sí. Desde hace años en la Federación se apostó por las concentraciones de invierno y seguimos haciéndolas porque funcionan muy bien. En ellas, una vez al mes, de noviembre a marzo, juntamos a niños y niñas de diferentes campos alaveses para que unos 36 realicen pruebas de 9 hoyos y 24, los más peques, lo hagan en campo corto. No tienen por qué ser quienes mejor hándicap tienen, pueden ser quienes le ponen más ganas, quienes más participan. La idea es ir acogiendo al mayor número de jugadores/as posible y que, en invierno, que es cuando los clubes paran bastante en cuanto a competiciones, tengan algún espacio de socialización y mejora. Además, nos permiten ir conociéndoles para campeonatos para los que tenemos que hacer selección.

¿Hay alguna competición a la vista en la que Álava va a tomar parte?

Pue la Federación Vasca ha organizado como novedad este año un Campeonato Interclubs que se va a celebrar en varias sedes de Euskadi entre marzo y junio en el que la Federación Alavesa será un equipo y competirá con diferentes clubes como Neguri, Basozabal, Jaizkibel, Zarauz, Laukariz y una selección de la Federación Vasca. A esta competición van a ir 14 chavales, 2, un chico y una chica, de 14 a 18 años, y los 12 restantes, dos de cada categoría infantil y género. Para realizar esta selección sí se tendrá en cuenta el hándicap. Empezamos el día 13 de marzo, hay 7 jornadas y cada equipo descansa en la que se organiza en su sede.

¿Algo más a la vista?

Vamos a retomar una competición sub-14 que hay entre la Federación Alavesa y la Riojana, que se lleva haciendo desde muchos varios años. En la primera década de este siglo ya se hacía, e incluso Jon Rahm tomó parte en este Match Play y luego paró. En 2019 se retomó y en Izki, Araba se llevó la copa que se obtiene y que quien gana custodia hasta la siguiente competición. Con el Covid no hemos podido competir y la copa está en nuestro poder. A ver qué pasa a partir de abril, que es cuando arrancamos en Rioja Alta. Para este torneo cogemos a los/as mejores de 14 años para abajo, sean de la categoría que sean.

¿Con qué volumen de chavales/as cuenta Álava para hacer esa selección?

Ahora mismo hay unos 150-200 chavales y chavalas en los clubes. Lo que tienen escolares son Larrabea, Izki, Júndiz. Luego están Zuia y el Seminario, que lo están trabajando menos. Si nos comparamos con Bizkaia y Gipuzkoa hay una gran diferencia, pero es que ellos tienen el golf mucho más arraigado, hay más tradición. Nuestro campo más antiguo puede tener 30 años, y el suyo 300. De todos modos, vamos encontrado nuestro sitio y las licencias infantiles van subiendo.

Deporte al aire libre, bastante individual y de poca aglomeración€ ¿Se han notado estas llamadas de atención?

Pues la verdad es que sí. Hubo mucha gente que se acercó a los campos urbanos de Júndiz y el Seminario cuando la movilidad estaba reducida y se ha notado. Ahora mismo habrá en Álava unas 3.200 licencias, de las cuales unas 2.100 serán de chicos y 1.100 de chicas que, al final son las que mejores resultados están dando en la provincia.

¿Cómo valora la existencia de los campos urbanos o cercanos a la ciudad?

Positiva porque está facilitando que la gente se acerque a practicar. No olvidemos que hacer 18 hoyos lleva unas 4,5 horas y no siempre es fácil sacar este tiempo. Estos campos con 9 hoyos hacen que la gente se acerque más a jugar porque implica menos tiempo y también están más cerca de donde viven que Larrabea o Izki, que son los campos a los que acaban yendo porque llaman la atención y es un gustazo jugar.

¿Sigue arrastrando el golf esa idea de elitista?

Se va dejando esta idea poco a poco, aunque cuesta. Cuando te acercas al golf ves que no es una actividad cara, que ahora hay muchas posibilidades de campos para jugar y que si ves el tiempo que estás practicándolo el coste hora no es elevado. En el caso de los niños y las niñas, por ejemplo, antes se acercaban a practicar golf por tradición familiar y ahora hay muchos que lo hacen porque les llama la atención y les gusta. Yo les animo a que hagan algún bautismo de golf, que prueben, que luego se apunten a algún club, que vayan jugando y mejorando y quién sabe si les podemos ir llamando para las concentraciones y las diferentes competiciones.