Regresa un Alavés ramplón

Todo salió mal en Bilbao para un Alavés de nuevo envuelto en problemas a nivel clasificatorio. Desde el once inicial de Coudet sin dos baluartes como Tenaglia y Kike García debido a problemas físicos, hasta el gol en propia puerta de Manu Sánchez mediada la segunda mitad que le impidió volver con algún punto en el equipaje.

Entre medias el Athletic metió una marcha más y empezó a merodear el área albiazul hasta que se rompió el cántaro.

Sin el ariete conquense, el Glorioso pudo adelantarse sin que se hubiesen cumplido los dos minutos de juego. Lo hizo tras un centro desde la derecha después de un saque de banda que le cayó a lo pies a Guevara en el área pequeña. Remató como pudo el medio centro vitoriano, pero también Unai Simón con su despeje. Guridi capturó el rechace, aunque Yeray reaccionó rápido par bloquear el disparo del guipuzcoano.

A partir de ahí, el Alavés fue un quiero y no puedo. Ni siquiera hizo cosquillas a un Athletic muy cómodo al que le bastó pisar el acelerador durante algunos minutos de la segunda mitad para encontrar el gol tras una jugada desgraciada de los albiazules.

El tanto en propia puerta de Manu Sánchez tras un error de Diarra sepultó las esperanzas de la escuadra vitoriana, al que los cambios de Coudet tampoco reanimaron a la hora de encontrar resquicios en la sólida defensa local.

Un jarro de agua fría todavía más grave tras el triunfo cosechado horas antes por el Leganés ante el Espanyol que comprime al máximo la clasificación.

Los albiazules tan solo disponen ya de un punto de ventaja sobre el descenso y el partido de este miércoles ante el Valencia en Mendizorroza se convierte en una auténtica final por la salvación. Luego esperarán el Valladolid y Osasuna. El miedo sigue metido en el cuerpo porque el panorama puede cambiar de una jornada a otra.