Victoria del Deportivo Alavés en su primer amistoso del verano. Los babazorros, con la plantilla aún lejos de su versión final, se presentaron este miércoles en El Sardinero y, tras empatar a cero a la conclusión de los 90 minutos reglamentarios, acabaron llevándose el Trofeo Nando Yosu en la tanda de penaltis, decidida con aciertos de Panichelli, Benavídez y Julen Jon (2-3).
Para la primera mitad sobre el césped cántabro, Luis García Plaza apostó por su sistema habitual (4-2-3-1) y un once con mucho protagonismo para los integrantes del primer equipo. Owono ocupó la portería; Egoitz, Maras, Doumbia y Javi López formaron la línea defensiva; Guevara y Guridi, con Abde por delante, tomaron las riendas de la sala de máquinas; Alkain y Conechny actuaron en los extremos; y Kike García arrancó de nueve.
La mayoría de las miradas, como es lógico, las acaparó el recién llegado. No solo por la novedad, ya de por sí llamativa, sino también debido a que el Alavés volcó parte de su juego hacia la banda izquierda, donde el propio Conechny y Javi López trataron de hacerse hueco para mandar balones al corazón del área. Ambos, eso sí, se mostraron faltos de la chispa que les caracteriza, lo que es muy habitual a estas alturas de la pretemporada.
Las imprecisiones también suelen protagonizar este tipo de encuentros veraniegos y lo acontecido sobre el césped de El Sardinero no fue excepción. Tanto el Racing como el Glorioso cometieron errores en las transiciones, en especial al afrontar los últimos metros, y eso impidió que hubiera un amplio número de ocasiones. La primera clara la tuvo Alkain, en un mano a mano, tras envío en profundidad, en el que se encontró con el guardameta Parera.
Y, por parte del conjunto santanderino, fue Arana quien más exigió a Owono. Ocurrió, en concreto, a escasos minutos del descanso, cuando, aprovechando uno de los varios desajustes de la zaga albiazul al defender su espalda, el delantero verdiblanco recibió el balón, sin oposición, cerca del punto de penalti y obligó al portero alavesista a una espectacular estirada a su escuadra derecha. Muchos ya celebraban el 1-0 en la grada.
ONCE DISTINTO TRAS EL DESCANSO
De cara a la segunda mitad, Luis García introdujo un once completamente diferente al de la primera. Mantuvo el dibujo, eso es cierto, pero dio entrada a Sivera; Jay -curioso su caso al ser uno de los fichajes más recientes del filial albiazul-, Tenaglia, Álvaro García, Eneko; Benavídez, Blanco, Abdallahi; Carlos Vicente, Rioja; y Panichelli. De circunstancias, sin duda, la elección del técnico madrileño, sobre todo en la retaguardia.
Ahora bien, la numerosa cantidad de cambios, que suelen requerir adaptación, no hizo que los compases iniciales fueran calmados. Al poco de señalarse la reanudación, el Alavés generó dos acciones para tomar ventaja: la primera tuvo como protagonista a Abdallahi, cuyo remate, tras cazar un rechace, no acabó en gol por la aparición heroica de un defensor local y la segunda fue obra de Tenaglia, al palo, con todo a favor, en un córner.
Ese ritmo de ocasiones, sin embargo, no se mantuvo superado el frenesí del comienzo. La mordiente ofensiva de ambos equipos se vio limitada y, para dar un plus a los suyos, Luis García volvió a mirar al banquillo. Julen Jon, en concreto, saltó al verde en lugar de Jay, moviendo a Benavídez al centro de la defensa, pero el electrónico se quedó a cero hasta el pitido final.
Ya en los penaltis, el Alavés se llevó la victoria gracias a los aciertos de Panichelli, Benavídez y Julen Jon y los tres errores del Racing, uno de ellos con intervención de Sivera. Vicente fue el único que falló por parte de los gasteiztarras para el 2-3 definitivo.