El Deportivo Alavés jugará la próxima temporada en Primera División. Así lo corroboró este domingo en Mestalla, donde venció al Valencia gracias a un gol de Javi López (0-1), pero ya se lo había ganado con su trabajo a lo largo de los últimos diez meses. Objetivo cumplido, a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato y después de tres triunfos consecutivos. Honor y gloria a todos los que lo han hecho posible.
Con la idea de rematar el objetivo –y como lo que funciona no es bueno tocarlo demasiado–, Luis García Plaza optó por seguir con el once que tantas alegrías le había dado frente al Atlético de Madrid y el Celta. Solo hubo una novedad, respecto al reciente duelo con los celestes en Mendizorroza, y la misma fue obligada: Abdel Abqar reemplazó al lesionado Rubén Duarte en el centro de la retaguardia, donde formó pareja con Nahuel Tenaglia.
Los primeros compases del encuentro estuvieron marcados por dos ocasiones muy claras de gol. Ni el Valencia ni el Alavés saltaron al césped de Mestalla a especular y, solo un minuto después de que el local Diego López rematara alto un centro raso peligroso de Peter Federico, Kike García cabeceó al poste un buen balón colgado de Carlos Vicente. No necesitaron mucho ambas escuadras para llegar con gran peligro a la portería contraria.
Ese frenético arranque llevó a pensar que los dos guardametas, Jaume Domènech –lesionado superada la media hora de juego– y Antonio Sivera, tendrían mucho trabajo durante el primer tiempo, pero no fue así. Pese que el partido, al menos en esencia, fue un claro ida y vuelta, con mucho ritmo en todo momento, lo cierto es que la falta de acierto de uno y otro a la hora de dar el último pase impidió ver de nuevo ofensivas reseñables.
Mucho influyó en esto último, cabe destacar, la notable labor realizada por las defensas tanto del Valencia como del Alavés. Hubo algún error, eso es cierto, pero ninguno tuvo consecuencias importantes. La dificultad para buscar portería fue tal que, como detalle curioso, Hugo Duro tuvo que simular un penalti para ver si así le daban la oportunidad de enfrentarse a Sivera, quien fue muy inteligente en esa acción dejando avanzar al delantero.
El babazorro más destacado durante este descafeinado primer tiempo acontecido en Mestalla fue el ya mencionado Carlos Vicente. El atacante maño fue vertical de principio a fin, volviendo a demostrar que ha recuperado su mejor versión, y puso varios centros laterales interesantes. Además, por si su aportación ofensiva no fuera suficiente, no tuvo reparo en ayudar también en defensa, tal y como pide siempre Luis García a sus extremos.
El segundo tiempo comenzó con dos sustos para el Alavés. Uno de ellos lo provocó Sergi Canós, al rematar al poste un envío raso de Peter tras error de Javi López, y el otro lo protagonizó Andoni Gorosabel. El lateral albiazul recibió un duro golpe en el cuádriceps poco después de la reanudación e, incapaz de seguir sobre el césped, tuvo que ser sustituido por Rafa Marín. Este último formó junto a Abqar y Tenaglia se encargó de cubrir el lateral.
Poco después, Luis García decidió dar entrada también a Ander Guevara (Antonio Blanco), Samu Omorodion (Kike), Luis Rioja (Vicente) y Álex Sola (Jon Guridi), pero fue en un escenario muy diferente. Antes de que el técnico albiazul moviera de nuevo el banquillo, su equipo logró tomar ventaja en el electrónico gracias a una gran acción a balón parado que finalizó Javi López, con un colocado disparo raso, apareciendo desde segunda línea (0-1).
Ya en la recta final de la contienda, el Alavés se centró en proteger su resultado, aunque sin desaprovechar las oportunidades para salir al contragolpe. Así, de hecho, fue cómo Giuliano Simeone dispuso de dos acciones muy claras, en las que solo la falta de puntería le impidió marcar la sentencia. Afortunadamente, el Valencia no aprovechó esos errores y la tarde concluyó de manera eufórica.