El Deportivo Alavés vuelve esta noche a Mendizorroza y lo hace dispuesto a sumar una nueva pequeña victoria, aunque a estas alturas ninguna es nimia, en su gran batalla por el ascenso. Tras echar abajo el feudo del Huesca hace una semana –y, gracias a ello, recortar puntos a sus rivales directos–, los babazorros se enfrentan, desde las 21.00 horas, al Andorra habiendo conocido ya lo que ha sucedido en otros campos, lo cual no siempre es positivo.

La última vez que los jugadores del Glorioso supieron de antemano el desenlace de la jornada fue hace un mes, cuando visitaron La Cerámica. Allí, en suelo groguet, se tuvo la oportunidad de alcanzar la segunda posición y esta fue desaprovechada. Además, cabe recordar, como consecuencia de una actuación muy pobre de los albiazules. Por fortuna, esto último parece ser cosa del pasado, pues el equipo se ha redimido recientemente.

Sin un juego demasiado brillante, pero sí muy efectivo, el Alavés mostró ante el Tenerife y el Huesca dos de sus versiones más serias de la temporada. Algo que, vista la irregularidad que están mostrando todos y cada uno de los candidatos al ascenso, puede ser diferencial en esta recta final del campeonato. Sobre todo, si se consigue mejorar el acierto de cara a portería, en lo que los gasteiztarras han vivido bastantes altibajos.

Donde, por el contrario, no parece haber ninguna duda es en el aspecto defensivo. Desde hace varias semanas, el Glorioso ha hecho hincapié en conceder lo menos posible y buena muestra de ello es el dato de goles encajados: dos en los últimos seis partidos. Ahora bien, no ha sido un logro solo de la zaga, también han tenido mucho que ver los apoyos de las demás líneas y, cómo no, el gran momento de forma de Sivera, más seguro que nunca.

Respecto a la convocatoria, lo cierto es que no hay grandes novedades. Luis García recupera a Carlos Benavídez, ausente en El Alcoraz, y mantiene la baja de Nikola Maras, quien no volverá a jugar este curso. Asimismo, es digno de mención que no hay jugadores sancionados, si bien sí que hay varios apercibidos. Uno de ellos es Luis Rioja, que lleva en dicha situación más de dos meses, y los otros dos son Jon Guridi y Miguel de la Fuente.

Puede que haya novedades en el once, tal y como advirtió el propio técnico madrileño en su comparecencia previa al partido, pero sin cambios importantes en la estructura del equipo. Es decir, lo lógico será ver al Alavés dibujando su conocido 1-4-2-3-1, como en la gran mayoría de encuentros que ha disputado esta temporada. La principal duda, cabe mencionar, se encuentra en la delantera, donde se han probado todas las opciones posibles.

El Andorra, por su parte, visita el bastión de Mendizorroza en una situación bastante tranquila, lo cual podría ser negativo para el Glorioso –dado que, sin presión, se les hará más sencillo elaborar su juego combinativo–. Los de Eder Sarabia ocupan, con 44 puntos, la undécima posición de la tabla y, por ende, solo un arreón casi quimérico de los equipos de abajo les haría temer por su continuidad en la categoría de plata.

La única ausencia que tiene el entrenador bilbaíno de cara a esta noche es el defensor Martí Vilà y, pese a su condición de visitante, la intención del conjunto pirenaico será llevar la batuta de la contienda en el Paseo de Cervantes. Algo que han tenido que sufrir todos sus rivales a lo largo del presente ejercicio y que requerirá un importante ejercicio de paciencia y perseverancia en el Alavés, al igual que en la primera vuelta.

Precedentes

Pese a que el Andorra ha debutado este ejercicio en Segunda División, esa visita del club babazorro al Estadi Nacional, donde venció por 0-1 gracias a un gol de Rioja en la segunda mitad, no ha sido la única vez que se han visto las caras ambas escuadras en su historia. El primer duelo fue en Copa, allá por el año 1977, y todos los demás, hasta llegar a los quince en total, se han disputado en la categoría de bronce, extinta en la actualidad.

El balance es muy positivo para el Alavés, que ha ganado nueve, empatado cuatro y perdido solo dos. Además, la última vez que uno y otro se enfrentaron en Mendizorroza fue en la campaña 1992-93, cuando los goles de Lázaro y Lasheras decidieron el choque (2-0). Poco después, los vitorianos serían campeones de grupo, pero su rendimiento en la liguilla de ascenso, que les midió con el Toledo, Jaén y Sant Andreu, fue insuficiente para subir.