A medida que avanza la investigación sobre el caso Negreira, según la que el Barça habría presuntamente abonado más de siete millones de euros al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros José María Enríquez Negreira para obtener un trato favorable por parte del estamento arbitral, se van descubriendo nuevos datos acerca de estos hechos denunciados por la Fiscalía Anticorrupción. Pues bien, el último que ha salido a la luz y que ha destapado El Confidencial concierne al Deportivo Alavés y concretamente a la final de la Copa del Rey que disputó en 2017 contra el Barcelona.

Según dicha información, el hijo de Enríquez Negreira, Javier Enríquez Romero, filtró a Albert Soler, por entonces Director de Deportes Profesionales del club culé, que el árbitro que dirigiría la final del torneo del KO sería Carlos Clos Gómez. "Será Clos Gómez, al 99%", afirmó mediante un mensaje el hijo del vicepresidente del CTA tres meses antes de la disputa de la final y 74 días antes de que la propia Federación Española de Fútbol hiciera oficial la designación.

Una decisión polémica

Pues bien, la información de Enríquez Romero no solo resultó ser acertada, lo cual confirma las sospechas de la Fiscalía Anticorrupción de que el Barça pagaba al vicepresidente del CTA por algo más que recibir asesoramiento arbitral, sino que, para añadir aún más leña a la polémica, Clos Gómez jugó un papel decisivo en la final que terminó favoreciendo al Barça.

Con el partido igualado (1-1) después de que Theo Hernández anotara el gol del empate en aquel recordado zapatazo en un libre directo, André Gomes recibió un pase de Messi en el lateral derecho del área de Pacheco y envió un balón al segundo palo que Neymar introdujo dentro de la portería. Sin embargo, la repetición ofrecida por la televisión muestra que Neymar se encontraba en posición de fuera de juego cuando el portugués realiza el pase, por lo que el gol no debería haber subido al marcador. Sin embargo, Clos Gómez lo dio por válido y el Barça marcó poco después el 3-1 definitivo.

Aunque el cuadro culé fue superior en aquel duelo, sin ese segundo tanto el guión del encuentro tal vez habría sido distinto, por lo que la indignación del alavesismo una vez conocidos los entresijos del caso Negreira es más que comprensible.