¿Qué tal estos meses en Vitoria-Gasteiz?

Genial. Es una ciudad muy bonita para vivir y la gente me está tratando de la mejor manera; noto mucho respeto cuando paseo por sus calles. Sinceramente, no me arrepiento para nada de haber tomado esta decisión, y mi familia tampoco.

Le gustaría seguir la próxima temporada, entonces.

No soy de los que piensa en esas cosas, prefiero centrarme en el fútbol, disfrutar de cada día y valorar a final de temporada. En ese momento, veré si he sido útil para el equipo y analizaré cómo me he sentido sobre el césped, aunque, si te soy sincero, estaría encantado de seguir en el Alavés. Tanto mi familia como yo estamos muy contentos aquí.

¿Qué le está pareciendo Mendizorroza?

Una auténtica pasada. Mira que he vivido muchas cosas, soy un veterano, pero es increíble lo que la gente de aquí siente por su club y la forma en la que lo demuestra. El ambiente del otro día ante el Burgos, sin ir más lejos, fue espectacular, y eso que solo nos jugábamos tres puntos.

Sobre su edad, aunque ya le habrán preguntado sobre este tema infinidad de veces, ¿cuál es la clave para seguir jugando a este nivel con 38 años?

La cabeza, sin duda. Me gusta mucho lo que hago, disfruto haciéndolo y no me canso. Tengo esa ilusión necesaria y, mientras pueda seguir aportando, ahí voy a seguir. Ahora bien, trato siempre de dar el máximo y disfrutar porque, siendo realista, cada vez falta menos para despedirme.

¿Ha habido algún momento, como consecuencia de algún altibajo, en el que se haya planteado la retirada?

Por ahora no. Soy un apasionado y le dedico muchas horas al fútbol, tanto entrenando y jugando como viéndolo. Lo que no voy a hacer nunca, eso sí, es ir arrastrándome por los campos, yo quiero ser útil.

¿Ha cambiado mucho el fútbol desde que empezó?

Yo no he cambiado mucho, siempre he sido un jugador más diésel, nada explosivo. Respecto al deporte en sí, ha habido una evolución monumental; sobre todo, en temas de alimentación, recuperación de lesiones, descanso, etcétera. Y estas innovaciones están permitiendo, sin ir más lejos, que algunos jugadores sigamos en el fútbol profesional con edades ya avanzadas.

Si tuviera la oportunidad de hablar con aquel Salva Sevilla del Poli Ejido, qué le diría.

¡Ha pasado mucho tiempo! (Ríe) Solo le diría que va a tener que enfrentarse a situaciones que no ha vivido nunca y que, irremediablemente, se va a equivocar, pues, con esa edad, no todo lo que se tiene en la cabeza es lo más acertado.

Cuando llegue el momento de colgar las botas, ¿se ve aún ligado al fútbol?

Lo voy a intentar, sí. Tengo los tres niveles de entrenador y es algo que me gusta mucho; lo que no tengo claro es si me decantaré por el fútbol profesional o el formativo, pues entrenar a chavales me encanta.