Pese a que las dos últimas actuaciones del Deportivo Alavés en Mendizorroza hayan bajado un poco la emoción desmesurada que se generó en las primeras jornadas del campeonato, la realidad es que el equipo dirigido por Luis García Plaza continúa siendo, con sus 23 puntos en doce jornadas, una de las mejores versiones del club babazorro en la categoría plata. Y eso que, a lo largo de este domingo, el Glorioso podría abandonar puestos de ascenso directo si el Cartagena suma un triunfo.
Si se analizan únicamente las temporadas en las que los gasteiztarras subieron a la máxima categoría, lo cual ha ocurrido un total de cinco veces, la actual escuadra ocupa la segunda posición, solo por detrás del aplastante cuadro comandado por Manuel Echezarreta. A las órdenes del técnico irundarra (1953-54), cuando las victorias solo se premiaban con dos puntos, el Alavés lideraba la Segunda División a estas alturas del curso con 20, que hoy en día serían 28, y con una ventaja de cuatro sobre el Eibar.
Ya por detrás del Glorioso de Luis García, se encuentran las versiones de José Bordalás, Chuchi Cos, José Manuel Esnal Mané y Francisco Baonza. Lo curioso, en este sentido, es que el único de esos cuatro que no terminó como campeón su respectiva campaña es, precisamente, el que más de cerca estuvo de la puntuación actual. Con Cos en el banquillo (2004-05), el conjunto albiazul terminó la decimosegunda jornada con 22 puntos, solo uno menos que los que se tienen ahora.
El Alavés de Baonza (1929/30), por su parte, sumó 14, que en tiempos modernos serían 20; el de Mané se quedó en 18 y el de Bordalás en 17. Llamativa es, eso sí, la distancia clasificatoria que hubo entonces con la cabeza, pues, con el preparador vizcaíno, la escuadra vitoriana ocupaba la quinta plaza a cuatro puntos del Ourense y, bajo el mando del alicantino, se encontraba en la undécima posición a cinco del líder, por aquel entonces el Córdoba, que terminaría yendo a menos durante la temporada.
Esto último no es más que otra muestra de que la Segunda División es muy larga y que un par de malos resultados no deciden si un equipo va a ascender o no. Lo importante, tal y como ha explicado Luis García en varias ocasiones, es llegar a la recta final del campeonato en una buena posición y, a poder ser, con una dinámica positiva, porque de nada vale estar todo el año arriba si luego, al igual que hizo el Eibar hace no mucho, se echa por la borda la labor realizado en los meses anteriores.