Los aficionados del Deportivo Alavés han tenido que esperar muchos años para poder verlo, pero al final ha sucedido. Este viernes, Luis García y sus pupilos han derrotado por 1-0 al Mirandés y, de esta manera, han puesto fin a la terrorífica racha de los burgaleses en Mendizorroza, donde, en todos y cada uno de los enfrentamientos disputados a lo largo de los últimos 13 años, habían conseguido llevarse puntos de vuelta. Y todo ello, gracias a la mayor efectividad de los babazorros, que sumaron su segundo triunfo de la temporada mediante un gol de Xeber Alkain.

Para afrontar el choque ante los jabatos en el Paseo de Cervantes, el técnico madrileño se vio obligado, tal y como él mismo había adelantado en su comparecencia previa al encuentro, a realizar varios cambios en el once. En lugar de Carlos Benavídez, ausente por molestias físicas, Sedlar ocupó la posición de pivote junto a Salva Sevilla y, en consecuencia, Maras fue el encargado de acompañar a Abqar en el centro de la zaga. Además, también fue novedad la inclusión en el once de Tenaglia, que sustituyó a Arroyo en el lateral diestro.

Nada más arrancar el partido, el Mirandés dejó muy claro que su visita por suelo gasteiztarra no era por mera cortesía. Los hombres de Joseba Etxeberria saltaron al césped albiazul extremadamente activos, dispuestos a ponerse muy pronto por delante, y eso pareció sorprender al Alavés, quien, con problemas para salir jugando debido a la presión rojilla, se centró en ralentizar el ritmo del choque. Algo que, eso sí, no tardó demasiado en conseguir por medio de su verticalidad cada vez que recuperaba la posesión.

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El Alavés - Mirandés en imágenes Iñigo Foronda

Entonces, en una de esas jugadas aisladas –a balón parado, en este caso–, los babazorros crearon su primera acción de peligro. Fue Maras, cerca del minuto 20 de encuentro, el encargado de avisar a los jabatos del potencial del Glorioso en la estrategia. Y con razón, en realidad, porque poco después, tras un remate de Raúl García al palo, Salva Sevilla estuvo a punto de superar a Ramón Juan en un lanzamiento directo que desperezó definitivamente a sus compañeros, bastante incómodos hasta ese momento.

Posteriormente, apareció en escena la efectividad que ya se había visto en Butarque. Pese a haber sido inferior a los burgaleses durante la gran mayoría del tiempo que se había disputado, el Alavés fue capaz de adelantarse en el marcador antes de llegar al descanso (42’) por medio de Alkain, a quien los nervios de estrenarse en Mendizorroza no parecieron afectarle. El guipuzcoano controló cerca del área pequeña un centro raso de Rioja, desviado ligeramente por un defensor, y cruzó el balón a la red sin apenas apuros (1-0).

Tras el paso por los vestuarios, el guión del partido continuó de la misma manera, con el Mirandés dispuesto a llevar la batuta, pero no por mucho tiempo. A través de continuas salidas en velocidad –y como consecuencia del mayor desgaste físico de los visitantes–, los albiazules pudieron encerrar a los jabatos en su área y así generaron varios acercamientos interesantes. Primero avisó Tenaglia, cuya volea se estrelló en la madera, y después Miguel también envió la pelota al palo, previa asistencia de lujo de Salva Sevilla

A partir de ese momento, entraron en juego los cambios de ambos equipos. Mientras que Etxeberria dio entrada a Manu García, el gran excapitán babazorro, y a Jofre Carreras, Luis García hizo saltar al césped a Rubén Duarte, en lugar de Javi López, y Mamadou Sylla, al que dejó su sitio Miguel. Cuatro sustituciones con las que ambos técnicos buscaron dar un vuelco al encuentro y que, sin embargo, no influyeron demasiado en la narrativa, lo que, en el caso del madrileño, provocó la entrada de Jason (Alkain)  y Abde (Rioja).

Ya en la recta final del partido, después de varios minutos sin sobresaltos, la calma dio paso a la tempestad, aunque sin variaciones en el electrónico. El Mirandés pudo empatar a través de un remate al palo de Jofre, al que nadie pudo parar en su veloz internada, y poco después el Alavés estuvo muy cerca de sentenciar la contienda, pero el disparo de Guridi, que luego fue relevado por Toni Moya, también se marchó al poste provocando el último “huy” de la noche en el Paseo de Cervantes.